El sábado, un grupo de trabajadores de la “Inmobiliaria Abba”, ingresaron a la ex hacienda de Santa Gertrudis Copó, violando sellos de clausura.
Los trabajadores entraron luego de que fueron expulsados, a fines del año pasado, por habitantes de la comisaría exasperados, según narraron a Infolliteras.com y otros medios, por el humo de un incendio, colofón de varias agresiones a la comunidad. En el lugar había bomberos y policías de la Secretaría de Seguridad Pública.
Como señalábamos, el sábado 25 de enero del presente año acudimos como en otras ocasiones a dar testimonio como medio de comunicación de lo que sucedía en dicha hacienda. Y mientras transmitíamos en vivo desde la acera, fuera del predio, un hombre joven brincó la barda y a toda velocidad se nos acercó.
Empuñando un celular, nos grabó para después darse a la fuga y regresar corriendo a los terrenos de la ex hacienda con su camiseta gris en la que se leía: “Inmobiliaria Abba”.
Éste nuevo acto intimidatorio fue replicado por otras dos personas –una con el rostro cubierto por una bolsa de plástico a manera de máscara- las que nos grabaron con sus teléfonos portátiles, como ha venido siendo su práctica común desde el año 2018, cuando apareció un grupo de pandilleros armados con palos, tubos, machetes y hachas. De todo esto tengo vídeos que dan constancia del proceder de dicha empresa en Santa Gertrudis Copó al amparo de su dinero e influencias en el Poder Judicial y en la Fiscalía General del Estado.
El sábado, al mismo tiempo que yo, llegaron un reportero del “Diario de Yucatán” y otro de “Telesur”. Ambos fueron testigos del acoso e intimidación en la vía pública por parte de personal de Abba, en mi contra. También varias personas que tienen un puesto de comida en dicho lugar.
Posteriormente, supe que una compañera de nombre Shasty, ingresó dos horas después a la ex hacienda para tomar una fotos del casco del edificio como parte de un trabajo fotográfico que ha venido realizando en Yucatán en diversas haciendas y que será expuesto en la Noche Blanca, evento organizado por el Ayuntamiento de Mérida, según nos dijo.
Sin tener conocimiento de los conflictos entre la “Inmobiliaria Abba” y los habitantes de la comisaría de Santa Gertrudis Copó -y mucho menos de la denuncia (número P3/987/2019) presentada en mi contra con invenciones y calumnias por parte del apoderado legal de dicha empresa- Shasty se vio repentinamente rodeada por varias personas muy agresivas.
Según nos narró, dichas personas, vestidas todas con camisetas grises con el nombre de “Inmobiliaria Abba”, la empujaron, además de acosarla, increparla y grabarla con sus celulares.
Ella les explicó, entre su sorpresa y azoro, que había entrado a tomar fotos y que desconocía lo que le reclamaban los trabajadores gañanes y violentos de Abba. Posteriormente, llegaron varias patrullas de la Secretaría de Seguridad Pública, los que también grabaron la escena.
Por lo pronto, tras éste nuevo capítulo de los trabajadores de Abba –los que actúan bajo las órdenes del apoderado legal Carlos Antonio Díaz Chans- hemos podido saber que, de nueva cuenta, violaron los sellos tanto del Instituto de Antropología e Historia (INAH). Así como del Ayuntamiento de Mérida.
Como pudimos saber, el Ayuntamiento de Mérida puso sellos de clausura el año pasado, a unas labores de “mantenimiento en el casco de la ex hacienda”, que no tenía permisos. El director de Desarrollo Urbano, Federico Sauri, nos dijo que no han otorgado permisos a los de la “Inmobiliaria Abba”, por lo que van a mandar una inspección para ver qué están haciendo dichos trabajadores y si procede algo jurídicamente.
Asimismo, el delegado del INAH Yucatán, Eduardo López Calzada, nos dijo que ese casco de hacienda tuvo siempre un conflicto de límites que viene de muchos años atrás.
La hacienda, recordó, pasó de unas manos a otras. Y explicó que el INAH actuó hace años para determinar si había daños al patrimonio histórico.
En el presente, nos dijo, existe un recurso por suspensión de la obra (en la que se colocaron sellos) y nos fuimos a pleito por la solución administrativa.
Es decir, estamos ante una suspensión de carácter administrativo en Santa Gertrudis Copó por parte del INAH, hacienda en cuyos terrenos se hicieron trabajos de salvamento arqueológico hace años y posteriormente se liberaron los predios. Esto sucedió en 2011.
Cabe señalar que los terrenos se han vendido a varias personas, pero Eduardo López Calzada enfatiza que el casco no tenía la importancia de otros cascos de hacienda de Yucatán, debido al estado en ruina de lo existente.
Por lo pronto, tras nuestras denuncias, el fiscal del Estado, Wilbert Cetina, habría llamado a las partes a encontrar una “solución dialogada”, tras años de acoso judicial contra los habitantes de Santa Gertrudis Copó.
La “solución negociada”, implicaría que Abba retiraría todos los cargos mientras los habitantes permiten a la empresa comenzar sus trabajos. Sin embargo, Abba tiene clausuras del INAH y del Ayuntamiento de Mérida. Y ha violado los sellos de clausura reiteradamente desde el año pasado.