Redacción / Cartas a la Redacción.- Hemos recibido en la redacción dos cartas de pasantes de medicina que pidieron dar a conocer su sentir. Pidieron sea del conocimiento de la opinión pública, de los habitantes de Yucatán.
Afirman que queremos entender que hay quienes sí desean hacer su servicio profesional de pasantía y quienes prefieren de alguna manera poner excusas para no realizarlo; qué mejor que la sociedad saque sus propias conclusiones:
Reflexiones sobre el Servicio Social en Medicina.
Soy médico pasante en servicio social. En fecha reciente he visto en redes sociales publicaciones relativas a quejas de los médicos pasantes en servicio social por estar expuestos a riesgo de contagio por Covid por no contar con equipos de protección, señalando que son obligados por las autoridades de gobierno y educativas a desempeñarse en estas condiciones, negándose con este argumento a asistir a sus unidades. Esto siento que me afecta porque yo si estoy asistiendo y cumpliendo con mi responsabilidad. Estoy a tres meses de terminar mi servicio social, una etapa difícil si, pero que me ha enseñado mucho. No quiero ser recordado como una generación sin vocación o sin compromiso social. Es cierto que en el servicio social se vive la realidad del sistema de salud, pero así como hay cosas malas también hay cosas muy buenas. Como decían mis maestros, los ojos no ven lo que la mente no sabe.
Sobre la problemática que se está dando me gustaría exponer mi punto de vista. Desde el inicio del servicio social noté que había un grupo de compañeros que no estaban de acuerdo con realizar el servicio. En varias ocasiones escuché que hablaban de que no tenían nada que devolver a la sociedad ya que esta no les había dado nada y el lugar que tenían se lo habían ganado por haber aprobado el examen de ingreso a la facultad. Quizás no se dan cuenta que la carrera no nos había costado más que una inscripción anual y que los sueldos de los maestros y gastos de nuestra educación los pagaba esa sociedad a la que “no le debemos nada”. Es cierto que no nos regalaron nuestro ingreso a la facultad, pero en el fondo de mí sabía que ya estando adentro, sí me ayudaron a mi y a mis padres a cumplir con mi sueño de ser médico.
Este grupo de compañeros, que no son todos, en cada reunión que teníamos y a cada indicación que recibíamos se encargaban de ver lo malo o negativo, convenciéndose a sí mismos y tratando de convencer a los demás de que no somos mano de obra barata (claro que no lo somos, somos una mano de obra muy valiosa) y de que había que unirnos, unirnos en contra del sistema. Yo en lo personal puedo decir que aunque me ha tocado atender a muchos pacientes, y en ocasiones no contar con los medicamentos y apoyos para atenderlos como quisiera, he tenido momentos de satisfacción por ayudar a la gente. He sentido la satisfacción de atender a una mujer embarazada y constatar que un ser con capacidad de amar y querer está desarrollándose en su interior. He podido sentir la satisfacción de curar de esa tos a un niño, o de ayudar a sobrellevar sus dolencias a un anciano. Esas satisfacciones formarán parte de mis recuerdos de mi formación como médico.
Sobre el punto de la carencia de equipos es verdad que así fue, igualmente no nos habían informado cual debería ser nuestra intervención en esta pandemia. Yo mismo solicité a mis supervisores que nos capacitaran y la dotación de equipo de protección personal. Supongo que la pandemia nos hizo a todos partir de cero. Pero igualmente hay que aceptar que la información nos llega por todos lados, inclusive a una velocidad que nos es difícil asimilar. Dicen que el mayor riesgo es la ignorancia, por eso es importante mantenernos informados y eso, aprendí en mi facultad, que depende de nosotros, de nuestra capacidad de buscar información científica.
Tengo claro que estamos viviendo una situación inédita, algo que seguro ni siquiera muchos de mis maestros habían vivido, y eso no es culpa ni de las autoridades ni de nadie. Igual sé que todos mis amigos de otras carreras están en la seguridad de sus casas con sus familias. Pero igual sé que yo estoy estudiando para ser médico y eso hace una gran diferencia. De igual forma todas las actividades de nuestro país se han detenido, excepto las consideradas esenciales, entre las que se encuentran, ¿cuál creen? Obvio: el sector salud. Si bien como ya dije al principio no contábamos con lo más elemental, la realidad es que ahora tenemos en el centro de salud el equipo de protección básico, osea lo que requerimos de acuerdo a las guías. Al igual que para toda la población las recomendaciones de sana distancia siguen siendo las más importantes.
A los compañeros que están tratando de justificar no asistir a su servicio social, a algunos de los cuales aprecio mucho, les digo que si hoy no sabemos manejar una crisis en nuestra formación, entonces no sabremos hacerlo en nuestro ejercicio profesional. No asistir a nuestras unidades significa negarle la oportunidad a la gente de una atención o una orientación que quizá sea su única oportunidad para recuperar su salud. Esa gente es la que menos culpa tiene de nuestros actos. Tenemos todo el derecho de manifestarnos, de alzar la voz y de hacernos visibles, pero sin afectar los derechos de los demás.
Finalmente a mis compañeros que como yo, y que son la mayoría, que siguen cumpliendo con su servicio social los invito a continuar, estamos cerca de la meta, tenemos derecho a todo, menos a rendirnos. Dentro de poco solo nos quedará el recuerdo y, para siempre, la satisfacción de haber cumplido.
Muchas gracias.
H.M.
Carta Segunda
En relación a la decisión de los médicos pasantes en servicio social de abandonar sus unidades médicas es importante que nuestra sociedad sepa lo siguiente:
1. Todo el personal de salud, desde médicos, enfermeras, trabajadores sociales, psicólogos, químicos, técnicos radiólogos, camilleros, personal de limpieza, cocineros, así como personal administrativo que labora en el sector salud, entre otros, es importante para hacer frente a la pandemia mundial por el virus Covid-19.
2. Los Médicos Pasantes en Servicios Social también somos considerados personal esencial para integrar los equipos de trabajo médicos en nuestro sistema de salud. Si bien no estamos titulados ya concluimos la etapa formativa en aulas y el servicio social representa la etapa final del proceso formativo en escenarios reales que nos permite complementar nuestra formación previa al inicio de la vida profesional.
3. El reclamo de contar con el equipo de protección necesario es legítimo y justo no solamente para el personal en formación sino para todo el personal de salud, siendo una obligación de las autoridades su dotación.
4. Respecto a lo anterior es importante aclarar que el tipo de equipo de protección que el personal de salud debe usar no es el mismo para todos, si no que depende de su grado de riesgo al exponerse a casos de la enfermedad. Existen guías emitidas tanto por la Organización Mundial de la Salud como por la Secretaría de Salud Federal para tal efecto. En el caso del personal que atiende directamente a pacientes en un área de atención exclusiva a pacientes con el padecimiento el equipo incluye: cubrebocas tipo N95, gafas, careta de protección, gorro, bata, guantes, y cubrebotas, existiendo un protocolo tanto para el vestido como para el desvestido del equipo para evitar la contaminación. En el caso de la atención de consulta en centros de salud solamente está indicado el uso de cubrebocas de triple capa. En todos los casos aplica la recomendación del lavado de manos de manera continua con jabón así como el uso de gel antibacterial.
5. Como trabajador de salud sé que para el caso de los médicos pasantes que estamos en formación en servicio social y que nos encontramos rotando por hospitales ninguno de nosotros estamos asignados a áreas de clasificación o triage, áreas atención de pacientes con infección por Covid 19, ni áreas de cuidados críticos. Por tal motivo no aplica que se nos dote de equipo de protección de máxima seguridad.
6. Me consta que en atención a las demandas (justas y legítimas) las autoridades de las instituciones educativas y de salud del estado se dieron a la tarea de recorrer las unidades médicas del Estado haciéndonos entrega de los equipos de protección que corresponde a primer nivel (cubrebocas, gel antibacterial y adicionalmente aunque no corresponde a este nivel de riesgo se entregaron guantes y una mascarilla facial). O sea que esta demanda y necesidad ya fue atendida.
De lo anterior lo único que concluyo es que estas personas no saben el significado de lo que es el servicio social, ni la vocación de ser médico. Se valen de las redes sociales que no son precisamente justas a la hora de calificar los hechos y las emplean de manera vil y cobarde en su beneficio personal. Toman de pretexto la falta de equipo (que ya se les dio) para no cumplir con su responsabilidad. Y me pregunto: ¿su conducta no afecta a la gente que deberían atender? ¿Y a esa gente quien la defiende? ¿Nadie les enseñó que el bien común está por encima del bien o capricho individual?
Muchas gracias por su atención.
*Importante* Se ha reservado a petición de los pasantes sus datos personales para protegerlos.