El debate y la segunda fase de las campañas por Eduardo Lliteras Sentíes
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No creo que se necesite un “comité de expertos” para darle la vuelta a la manivela de una urna y leer preguntas que cualquier hijo de vecino podría haber formulado, con mucha menor afectación. De forma más espontánea y natural. Lo que sí sé, es que el “debate” debería haber sido en un foro más neutro, no de una empresa privada, y abierto, sobre todo, a todos los medios de comunicación, en lugar de convertirlo en un negocio con dinero público con muy baja audiencia, por cierto.
Por lo
pronto, entramos al segundo mes de las campañas con algunos candidatos que no
han salido de la meta, de plano, mientras otros trotan muy rezagados, mirando
en la lejanía a quienes se disputan el primer lugar. Así de abismal se observa,
por ejemplo, al doctor Zavala –con sus propuestas extraídas desde la sesuda
reflexión de su torre de marfil- respecto a Mauricio Sahuí y Mauricio Vila, sin
ir más lejos.
Es evidente
que la lucha por el poder en Yucatán entró en una segunda fase.
Coincidentemente días antes del “debate” Víctor Caballero apareció en el techo
del Centro de Convenciones como queriendo enviar la batiseñal de que ahora sí,
ha llegado el súper héroe, que salvará a Mérida. Al mismo tiempo, en el
auditorio de un hotel, Joaquín Díaz Mena, daba una conferencia de prensa en la
que mezcló la denuncia penal de la Auditoría Superior de la Federación (es
decir, un documento y prueba oficial ya publicado por Infolliteras.com y La
Jornada Maya), con la acusación reciclada y sin probar de las llamadas empresas
fantasmas del Ayuntamiento de Mérida. Misma que no ha sido ratificada por
ninguna instancia oficial, más allá de las declaraciones de priistas y
morenistas, aliados en sus ataques contra el Ayuntamiento panista.
Basta abrir
Facebook, y uno se encuentra con numerosos anuncios pagados por la escasamente
conocida candidata a senadora por Morena, Mariana Cruz Pool, en los que aparece
en un vídeo en Hunucmá acusando, de plano, de robo al candidato Mauricio Vila,
sin presentar prueba alguna, más que su mención de una empresa fantasma y un
predio baldío enrejado.
La
información de las “empresas fantasmas” y del desvío de los supuestos 200
millones de pesos, ya ventilada por el ex director del Rastro, Santiago
Alamilla desde el año pasado, se convirtió en la artillería del candidato de
Morena, Huacho Díaz Mena, quien se equivocó de forma garrafal al leer con el
dedo sus apuntes sobre otros temas, pero se supo de memoria los ataques contra
su ex correligionario, Mauricio Vila. Huacho Díaz y la también ex panista,
Mariana Cruz, están cumpliendo el papel que se esperaba de ellos: atacar a
Mauricio Vila, mientras dejan el campo libre a Mauricio Sahuí para presentar
sus propuestas y sonreír como si se tratara de una fiesta.
Ese fue el
plan, más que evidente. Ese es el papel que se esperaba de Huacho Díaz, quien
ha convertido en un acto electorero la supuesta lucha a la corrupción,
convertida en el caballito preferido de los partidos.
Hay que
insistir en dos cosas fundamentales: primero, se mencionaron propuestas de
forma superficial, genérica, y propagandística. Hacen falta más foros abiertos
a la ciudadanía en general, y con más tiempo, y con un formato más ágil, para
escuchar y entender realmente qué se haría con la seguridad, la salud, el
transporte, el medio ambiente –que nadie mencionó- la lucha a la corrupción o
con la transparencia, por citar algunos. No se puede aceptar que un candidato
ande diciendo que no cobraría a los estudiantes y pensionados –al mejor estilo
populista, ahora que está de moda el término- mientras no explica cómo le haría
para darle vialidad al sistema de transporte colapsado y convertido en
peligrosa chatarra rodante que tenemos. Decir, traeremos autobuses de hidrógeno
o naves espaciales, es lo mismo.
Dos, las
acusaciones vertidas contra Mauricio Vila, y la acusación del ex alcalde contra
Mauricio Sahuí –por un supuesto rancho de 40 millones del que circularon una
escritura pública de compraventa del Registro Público de la Propiedad y del
Comercio donde aparece su nombre- necesitan ser aclaradas cabalmente. Así nos
lo hacen notar ciudadanos.
Eso sí, Sahuí
reviró diciendo que desconocía ese rancho y acusando a Vila de no haber
renovado su 3 de 3. Mientras el ex alcalde hacía notar que unos 2000 millones
de pesos no fueron aplicados en Salud por el gobierno del Estado. ¿Dónde quedó
la bolita?
Por último,
el ganón con el debate fue Jorge Zavala Castro, completo desconocido hasta
ahora, mientras Huacho Díaz perdió puntos por su mal desempeño. La justa por la
gubernatura, queda claro, es un disputa entre dos. Y se va a ganar por esos
puñados de votos que quizá arranquen Zavala y Huacho. Precisamente.