Redacción con información de Notimex.- El presidente, Andrés Manuel López Obrador, dijo que “el consejero jurídico me informó que ya se resolvió el problema en el hospital de Ticul, un enorme hospital detenido, un elefante blanco, a medias, ya vamos a terminarlo”.
Se trata al hospital de Ticul el cual pretendía construirse con el sistema PPS (Proyecto de Prestación de Servicios) y que tiene ya más de ocho años en obra negra abandonado.
El hospital de Ticul, es un proyecto que nunca se concretó, ya que quedó en obra negra y dio paso a un litigio internacional con significativos costos en tiempo y dinero para los yucatecos.
Como se recordará, el 17 de agosto del 2011, la entonces gobernadora Ivonne Ortega Pacheco, confirmó en una entrevista que su administración edificaría ese nuevo hospital, el cual contaría en su primera fase con 60 camas.
Para ello, unos días después se envió al Congreso local la iniciativa “Decreto de Autorización para la Realización del Programa de Impulso a la Infraestructura y Servicios de Salud de Yucatán, a través del esquema de Proyecto para la Prestación de Servicios (PPS)”.
El 1 de marzo de 2012, el Congreso aprueba emisión del Decreto 503, para permitir la construcción de tres hospitales (Ticul, Tizimín y Mérida).
ENDEUDADOS POR 25 AÑOS
En ese decreto, se establece que “el Congreso del estado deberá aprobar las asignaciones suficientes para no incumplir con las obligaciones de pago” de los contratos de PPS, durante los ejercicios fiscales que dure el contrato, es decir, en los próximos 25 años.
Con ello, los diputados yucatecos comprometieron parte del presupuesto futuro del gobierno estatal sin conocer costo y alcance de los proyectos.
El 12 de septiembre de ese año, se firma el contrato por el PPS con la empresa Infraestructura Hospitalaria de la Península, S.A. de C.V. (IHP), filial de Grupo Marhnos. Incluye construcción, operación y mantenimiento de ese hospital.
El 25 de septiembre del 2012, en una gira de “despedida” por el estado, Ortega Pacheco confirma que se dará continuidad a la construcción de un Hospital General de Segundo Nivel en Ticul con 90 camas.
La entonces gobernadora declara que el costo de la construcción del Hospital sería de mil 173 millones de pesos.
En la misma gira, el director de desarrollo de infraestructura de Grupo Marhnos, José Manuel Fortes Méndez, destacó que el hospital costaría mil 300 millones de pesos y entraría en operación en marzo del 2014.
Para finales de 2013, en el Registro de Obligaciones Financieras de entidades federativas, municipios y organismos, que levanta la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, se contabiliza el compromiso de pago del gobierno del estado.
El hospital debía entrar en operación en marzo del 2014 y, posteriormente, la fecha se cambia a enero del 2015. La empresa IHP reconoce avance global de la obra del 37 por ciento.
En diciembre de 2014, un mes antes de que se supone entraría en operación el nuevo nosocomio, en el Informe Anual 2014 del Fideicomiso Irrevocable de Emisión, Administración y Pago número F/422, que es la entidad de Grupo Marhnos que financia el PPS del hospital de Ticul, informa haber gastado ya 406.5 millones de pesos con un avance de apenas 42 por ciento.
Llegó febrero del 2015 y la empresa no había entregado el hospital, por lo que ante los cuestionamientos de los medios, el entonces secretario de Salud de Yucatán, Eduardo Mendoza Mézquita, consideró que la pregunta de porque no se terminó debería responderla la empresa.
“Lo que sí es un hecho es que no cumplió con la fecha de entrega y, por lo tanto, el gobierno dice: déjame analizar qué conviene más a los yucatecos a febrero del 2015, no cuando se firmó el contrato hace más de dos años (septiembre de 2012).
“Como no me entregaste a tiempo la obra, yo, como gobierno, tengo que hacer un análisis de qué es lo que conviene a mi gente”, declaró en ese entonces.
CANCELACIÓN DEL CONTRATO
Tras varios meses de negociaciones, la obra prácticamente quedó suspendida y, tiempo después, en mayo del 2015, el gobierno del entonces mandatario Rolando Zapata Bello, decidió cancelar el contrato con la empresa constructora.
Tras la cancelación del contrato, el Tribunal Arbitral de la Corte Internacional de Arbitraje falló a mediados del año pasado a favor de la empresa y obligó al gobierno anterior a pagar más de 700 millones de pesos por la cancelación del acuerdo para la construcción de ese nosocomio.
Sin embargo, la anterior administración nunca aclaró si pagó o no esa cantidad por el fallo adverso, y ahora se sabe que forma parte de los 200 hospital sin equipar y está entre los 50 nosocomios que no han sido terminados en el país.
En fechas pasadas el alcalde de Ticul, Rafael Montalvo Mata, quien sigue el proceso legal de la obra, manifestó que esa acción fue muestra de las malas decisiones de la administración anterior que dejó en obra negra un hospital que beneficiaría a más de 75 mil personas.
El inmueble, ubicado a la entrada de Ticul, al sur de Mérida, está lleno de maleza, abandonado y en muy malas condiciones, por lo que al representar un peligro, el ayuntamiento local mantiene limpia la parte delantera del sitio.