Redacción / Didier Madera / Foto: NASA.- Del 22 al 24 de este mes se registrará, en al menos siete ciudades precolombinas, el fenómeno arqueoastronómico del tránsito del Sol en el cenit, el cual determinaba para los mayas el inicio de la temporada de siembra, informó el astrónomo yucateco Eddie Ariel Salazar Gamboa.
Reconoció que el cierre temporal de las zonas arqueológicas de Yucatán impedirá la observación de este suceso, pero se puede observar en la vía pública.
“Los yucatecos también constatarán la ausencia de su respectiva sombra, en el momento justo que están en pie o caminando”, acotó.
Durante esos tres días, entre las 12:30 y las 13:30 horas, todos los cuerpos verticales no tendrán sombras debido a que el Sol está justamente sobre nuestras cabezas, fenómeno que ocurre dos veces al año, en mayo y julio.
Destacó la importancia del suceso, ya que con base al cual, los mayas determinaban el inicio de la temporada de siembra, y el mejor aprovechamiento del día.
Resaltó que el tránsito del Sol por el cenit representa una forma de medir el tiempo, la cual era bien aplicada por al momento de construir sus edificios sagrados al marcar la perpendicularidad del Sol.
Explicó que en el año, se registran seis fenómenos arqueoastronómicos, en los cuales, el Sol juega un papel importante para los mayas, tal el caso del equinoccio de primavera y otoño así como el solsticio de verano e invierno, y los dos pasos cenitales.
Comentó que el tránsito del Sol por el cenit sucede antes y después del solsticio de verano, por lo que del 18 al 20 de julio “nuevamente perderemos nuestras sombras, aunque sea durante una hora, y bien lo podremos observar, a menos que esté nublado”.
“El tránsito del Sol por el cenit demuestra el conocimiento de los sacerdotes – astrónomos de Mesoamérica, fenómeno que perfeccionó el sistema cronológico, tal como se observa en diversas ciudades prehispánicas, tal el caso de Acanceh, Aké, Chichén Itzá, Dzibilchaltún, Mayapán, Oxkintok, y Uxmal, entre otras urbes mayas”, añadió.
Abundó que este suceso arqueoastronómico se apreciará, en ambos períodos de fechas, en edificios verticales de las zonas arqueológicas, así como en las estelas y otras estructuras expuestas al aire libre.
El catedrático del Instituto Tecnológico de Mérida (ITM) especificó que el próximo viernes 22 se apreciará en Uxmal y Oxkintok; el sábado 23, en Chichén Itzá y Ek’Balam, mientras que el domingo 24, en Acanceh, Aké y Dzibilchaltún.
Indicó que el próximo viernes 22, el Sol saldrá a las 6:10 horas y se ocultará a las 19:27 h, por lo que el mejor comento para constatar este suceso será a las 13:17 horas, aunque se aprecia minutos antes y después.
Detalló que el sábado 23, Kin, dios maya del Sol, saldrá a las 6:14 horas, y el domingo 24, a las 6:18 horas.
En Mérida también se observará este peculiar acontecimiento, principalmente en edificios verticales, así como en los postes, e incluso, en las personas que caminan o están paradas, ya que durante varios minutos carecerán de sombra, subrayó el profesor emérito de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).
Expresó que el paso cenital de Chichén Itzá ocurrirá tanto en los soportes verticales que hay en el Templo de los Guerreros así como en el Templo de las Mil Columnas como en El Castillo, ya que no reflejarán sombra pues el Sol carece de inclinación, y en el caso del Observatorio o Caracol, un halo de luz solar se proyectará en su interior.
Mientras que en Dzibilchaltún, el Templo de las Siete Muñecas es un observatorio cenital, pues “el Sol debió de pasar por el peculiar techo en forma de cono, estilo maya del Petén centroamericano, pero equivocadamente se tapó esa entrada y ya no se presenta. Tengo las fotos, cuando no estaba techado, lo que evidencia que nunca lo estuvo”.
El especialista en arqueoastronomía mencionó que también se apreciará en la estela erigida en el sacbé o “camino sagrado”, la cual carecerá de sombra.
Asimismo, se aprecia en el Observatorio Cenital de Acanceh, el cual datan del Clásico Temprano (250-600 DC), al igual que La Pirámide, ubicada frente al zócalo del actual municipio, donde hay cinco mascarones finamente elaborados en estuco representando a Kin, dios del Sol.
“Este tipo de sucesos generados por el Sol se aprecia en varios edificios de diversas ciudades precolombinas mayas, ya que permitió a los sacerdotes – astrónomos el contar con una mayor precisión del tiempo”, añadió.
Salazar Gamboa comentó que para los mayas precolombinos, el tránsito cenital previo al solsticio indica el inicio de la temporada de lluvias, mientras que el posterior, el período de las máximas precipitaciones.
“Los fenómenos cenitales del Sol jugaron un papel más importante de lo que antes se creía, dada la relación que tienen con respecto al solsticio de verano así como con los períodos lunares”, subrayó.
Incluso, forma parte esencial en la veneración a Kin, dios del Sol, por parte de los mayas.
Finalmente, abundó que el solsticio de verano acontecerá el próximo 21 de junio, el cual se puede constatar debido a que el Sol tiene su máxima declinación al Norte al mismo tiempo que se registra el día más largo de la noche.
El solsticio de verano es el punto medio entre los dos fenómenos cenitales, y es decir, un período de 55 días con mayor iluminación solar.
El tránsito del Sol en el cenit es un acontecimiento que sucede antes y después del solsticio de verano, prácticamente, la diferencia es de una lunación, “concepto que los sacerdotes astrónomos mayas utilizaron notablemente en su arquitectura”.
El solsticio de verano representó para los mayas un período de mucha importancia, dada la máxima iluminación que reciben de Kin, dios del Sol, concluyó.