Redacción.- La cumbre del cambio climático, ante la amenaza de irse con las manos vacías, anuncia que pretende detener la deforestación hasta el 2030 a través de la entrega de 19.200 millones de dólares de fondos públicos y privados. El anuncio ha sido denunciado por ecologistas como una “luz verde para otra década de destrucción forestal”. La realidad es que el acuerdo no es vinculante y deja abierta la puerta a la tala hasta el 2030.
“Países que abarcan desde los bosques septentrionales de Canadá y Rusia hasta las selvas tropicales de Brasil, Colombia, Indonesia y la República Democrática del Congo respaldarán la Declaración de los Líderes de Glasgow sobre los bosques y el uso de la tierra”, avanzó el lunes la presidencia británica de la conferencia.
La lista de más de cien firmantes reúne a Brasil, Rusia o China, retrasados en su compromiso contra el calentamiento global, junto a naciones como Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos o los países de la Unión Europea. Por lo pronto, la realidad se impone: La devastación de la Amazonia brasileña. por ejemplo, sigue avanzando y acaba de registrar su peor índice en una década. La destrucción de la selva amazónica de Brasil es el resultado de la invasión de latifundios y de la tala descontrolada de árboles.
Las pérdida de masa arbolada representa casi una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, y en gran parte está derivada de la destrucción de los bosques del mundo para disponer de productos agrícolas como el aceite de palma, soja o la carne de vacuno. En Yucatán va de la mano de la expansión urbana pero también de la multiplicación de industrias de todo tipo que se están asentando en el Estado.
Pero el gran anuncio de los 100 líderes fue recibido como un jarro de agua fría por grupos ecologistas como Greenpeace.
“Hay una muy buena razón por la que (el presidente brasileño Jair) Bolsonaro se sintió cómodo firmando este nuevo acuerdo“, denunció Carolina Pasquali, directora ejecutiva de Greenpeace Brasil. Esto “permite otra década de destrucción forestal y no es vinculante”, agregó, según cita el diario argentino El Clarín.
“La Amazonia ya está al borde y no puede sobrevivir a más años de deforestación. Los pueblos indígenas piden que se proteja el 80% del Amazonas para 2025, y tienen razón, es lo que se necesita. El clima y el mundo natural no pueden permitirse este acuerdo”, subrayó, añade El Clarín.
Según la ONG Global Forest Watch, solo en 2020 la destrucción de bosques primarios aumentó un 12% respecto al año anterior pese al parón económico por la pandemia y en Brasil, cuna del mayor pulmón del planeta, provocó un aumento de 9,5% en las emisiones de gases de efecto invernadero.
Según el acuerdo, 12 países proporcionarán 12.000 millones de fondos públicos entre 2021 y 2025 para ayudar a los países en desarrollo a reducir la deforestación, restaurar tierras degradadas y hacer frente a los incendios forestales. Más de 30 inversores del sector privado proporcionarán al menos otros 7.000 millones de dólares.
Por su parte, la fundación estadounidense Ford indicó que 1.700 millones de dólares serán dedicados específicamente a los pueblos indígenas. Mientras tanto, siguen con la producción de autos de gruesa cilindrada.
Esta alianza de cinco países junto a 17 donantes privados tiene como objetivo “apoyar los derechos de los pueblos indígenas y su papel como guardianes de bosques y de l naturaleza”, explicó su comunicado.
Para la cumbre, se ha producido un desfile de centenares de aviones privados casi vacíos, jets que volaron unas 30 millas de más para poder aterrizar en Glasgow. El trayecto, además, concluye con limusinas privadas.