Redacción, por Eduardo Lliteras Sentíes .- A muchos tomó por sorpresa el inesperado giro en la que parecía meteórica carrera en los órganos de gobierno del Vaticano del yucateco Jorge Carlos Patrón Wong, quien de los Palacios Apostólicos pasó al arzobispado de Xalapa, Veracruz. En efecto. En pleno día del festejo de la Inmaculada Concepción, cuya advocación se venera en el gran templo franciscano de Izamal (y mientras se anunciaba el viaje del Papa a Grecia), se dio a conocer el nombramiento, por parte de la Nunciatura Apostólico del nuevo encargo del obispo yucateco, Jorge Carlos Patrón Wong, como arzobispo de Xalapa, en el estado de Veracruz, por cierto, también sede de la sala regional que resuelve impugnaciones electorales del sureste mexicano.
Como se sabe, el 8 de diciembre se celebra el Día de la Inmaculada Concepción, una celebración católica, que señala que la madre de Jesús fue concebida libre de pecado alrededor del mundo. Es un dogma de la Iglesia Católica decretado en el año 1854, el cual afirma que la Virgen María es libre del pecado original a partir del instante de la concepción de su hijo Jesucristo, permaneciendo virgen antes, durante y después del parto.
Pero, ¿cuál sería el trasfondo de este movimiento ordenado por el mismo Papa Francisco I, y previamente anunciado en los corredores de la Conferencia Episcopal Mexicana y de la archidiócesis de Yucatán? Murmuraciones aparte, para algunos observadores cercanos a la escena eclesial mexicana, en realidad podría tratarse de una salida digna a la larga carrera vaticana del obispo yucateco, muy popular y querido en Yucatán y muy bien relacionado con la clase política, más allá de colores y siglas. Llama la atención que el retorno a México del ahora arzobispo de Xalapa ocurre a escasos tres meses de la jubilación del cardenal italiano, Beniamino Stella, quien fungió como su superior inmediato, y quien se desempeñaba como Prefecto de la Congregación para el Clero, órgano de gobierno del Vaticano crucial para el Papa Francisco en una era de caída constante de nuevos seminaristas en el Viejo Continente y con la frontera asiática convertido en un océano necesitado de nuevas vocaciones. Stella, tras una amplia trayectoria que inicio de la mano del Papa Albino Luciani y que luego continuó con el Papa Juan Pablo I, quien siendo obispo de Vittorio Véneto, diócesis a la que pertenecía Stella, le ordenó sacerdote, pasó a retiro tras cumplir 80 años, por lo que además ya no podrá participar en un futuro cónclave para elegir a quien deberá suceder al Pontífice argentino.
Como se recordará la Oficina de Prensa de la Santa Sede informó que el Santo Padre, al aceptar la renuncia del cardenal Beniamino Stella nombró a Monseñor Lazzaro You Heung-Sik, de 69 años, obispo de Daejeon (Corea), como prefecto de la Congregación para el Clero, cargo que para algunos estaba destinado al yucateco Patrón Wong. Pero no fue así.
You Heung-sik; tomó el cargo en el momento en que se debatía en la Congregación para el Clero el tema de la formación de candidatos al sacerdocio y de la necesidad de la vida en comunidad, así como de la necesidad de agrupar a los seminaristas en un seminario interdiocesano; tema delicado y difícil, porque en muchas diócesis pequeñas con apenas cuatro o cinco seminaristas, es difícil mantenerse en comunidad, como está ocurriendo en Europa, donde el reto para la Iglesia Católica es sobrevivir a la secularización y al avance de nuevos credos como el Islam en suelo europeo. Hablamos de un reto mayúsculo, para el que el Vaticano busca salida a través de Asia.
Cabe recordar que el Vaticano y China iniciaron un proceso de deshielo desde 2018 con la firma de un acuerdo sobre el nombramiento de obispos, que fue atacado por el ala conservadora y más recalcitrante de la Iglesia Católica, enemiga acérrima del Papa Francisco y ariete de Washington durante el gobierno de Donald Trump.
Hablamos de un pacto provisional pero histórico entre China y el Vaticano, pues el nombramiento de obispos ha sido uno de las grandes fuentes de conflicto entre ambos Estados desde que rompieran relaciones en 1951. Como se recordará, cuando rompieron relaciones diplomáticas, Pío XII excomulgó a los obispos designados por el gobierno de Pekín. Por su parte, el gobierno chino respondió expulsando al nuncio apostólico, lo que dio lugar a dos tipos de “iglesias”, una llamada clandestina y otra conocida como “patriótica”, las que subsisten hasta hoy. Con el acuerdo, el Vaticano reconoce a los obispos nombrados por el gobierno de Pekín. Esto ha suscitado fuertes críticas por parte de algunos sectores de la misma iglesia católica en China, sin embargo, en el esquema del Papa se punta a convertir al país continente en un abrevadero que alimente las resecas fuentes del catolicismo en Europa. Y a remontar la ola imparable que desde China envuelve al mundo, dejando a América Latina en un segundo plano tras ser llamada, durante el pontificado de Juan Pablo II, el “continente de la esperanza”.
Precisamente la última actividad de Patrón Wong en su anterior cargo fue la dirección de un curso propedéutico en el marco de la Asamblea OSLAM (equipos de formadores de sacerdotes) que se llevó al cabo en Santo Domingo del 20 de noviembre al 2 de Diciembre. En dicho evento, el obispo yucateco expuso el proceso de introducción a toda la formación sacerdotal en una experiencia comunitaria. Siguiendo los pasos, del cardenal Stella, se reforzó la idea de que el seminario, es el laboratorio donde no sólo se construye el intelecto, sino sobre todo el corazón, la fibra misma, humana incluso más que cristiana, del hombre llamado a ser pastor de almas. Pero ahora, lo que hace falta al frente de la Congregación del Clero es alguien que conozca Asia, su mente y su cuerpo, como es el caso de You Heung-Sik.
Además de Europa, la Iglesia Católica enfrenta numerosos y colosales retos en el vasto continente asiático, donde el Papa tiene puestos los ojos. El nombramiento de un obispo coreano en la Congregación para el Clero sigue al del cardenal Luis Antonio Tagle al frente de Propaganda Fide y demuestra la atención del Papa Francisco en el continente asiático, en un contexto de apertura de las relaciones del Vaticano con China, rotas desde 1951, cuando Mao Zedong expulsó del país al nuncio de la Santa Sede y a sus misioneros católicos. El acercamiento de la Santa Sede con Pekín le ha costado al Papa fricciones con Washington, tema que fue abordado con el presidente estadounidense, Joe Biden, en su reciente visita al Vaticano y entrevista con Francisco I, ya que en la geopolítica estadounidense China y Rusia ocupan los primeros lugares en su lista de enemigos.
Cabe recordar que desde el pontificado de Benedicto XVI ha habido gestos continuos en la dirección de acercar al Vaticano al gobierno comunista chino con la finalidad de abrir el vasto mercado de almas de la potencia de Confucio en ascenso.
Además, se considera que el nuevo prefecto de la Congregación, Monseñor Lazzaro You Heung-Sik tiene una relación cercana con el Papa y lo recibió en su diócesis durante el viaje de Francisco a Corea en agosto de 2014, con motivo de la sexta Jornada de los Jóvenes de Asia.
El 11 de junio de 2021, Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, fue nombrado por Papa Francisco Prefecto de la Congregación para el Clero. El nuevo prefecto fue el responsable del Comité de Paz de la Conferencia Episcopal de Corea y visitó Corea del Norte en cuatro ocasiones.
Por último, el regreso de Gamboa Wong a México abre las interrogantes sobre el rumbo de la Iglesia en México, la que ha ido perdiendo peso no sólo en América Latina, sino ahora en el Vaticano. En Roma aún vive, pero en retiro, el ultra conservador Javier Lozano Barragán, presidente emérito del Pontificio Consejo para la Pastoral Sanitaria del Vaticano y a quien recientemente se le vio en la ceremonia en la que el Papa premió a un par de periodistas, tema del que hablamos en anterior columna. El avance de las sectas en el continente americano y del proceso de secularización han mermado la fuerza de la iglesia católica. No cabe duda. China y el continente asiático, podrían ser la savia nueva que necesita para sobrevivir en el siglo XXI. Y el Papa Francisco, jesuita, tiene una cosmovisión de lejana data, ya que fueron precisamente los Jesuitas los que abrieron la frontera china en 1583 con el jesuita italiano Matteo Ricci (1552-1610), quien consiguió permiso para entrar, iniciando una larga etapa de misionero en un territorio completamente ajeno a la cosmovisión europea e incomprensible para la mayoría de los europeos y sacerdotes de otras órdenes.
Eso sí, no cabe duda de que no hay que perder de vista a Patrón Wong, quien podría convertirse en un nuevo purpurado mexicano en un futuro y en una figura que el gris clero mexicano necesita en el ocaso de las jerarquías de las últimas décadas, como Sandoval Íñeguez y el mismo Norberto Rivera Carrera. Cabe recordar al cardenal Sergio Obeso Rivera, quien falleció en 2019 a los 87 años de edad, y quien precisamente se desempeñó en la arquidiócesis de Xalapa, dejando una profunda huella y quien fue reconocido como un hombre sencillo, austero, sumamente servicial y atento a las realidades sociales de México y entregado a su labor como pastor. Obeso Rivera, dejó una vara muy alta, para quien llega a sucederlo.