Redacción.- El gobierno federal a través de la Semarnat (Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales) dio a conocer que “como parte de la colaboración coordinada con el gobierno de Yucatán, firmó hace unos días un convenio con la autoridad estatal para atender la problemática derivada de la actividad porcina en esa entidad que preocupa a las comunidades”.
Asimismo, explica que “el instrumento reconoce que en esa región existe una amplia variedad de sistemas de producción porcícola que generan impactos ambientales por el uso y descargas de aguas residuales, por lo que se considera necesario llevar a cabo acciones concretas por parte de los tres órdenes de gobierno en el ámbito de sus competencias, en materia de protección al ambiente y de preservación y restauración del equilibrio ecológico”.
En ese sentido, dice que los tres niveles de gobierno “crearán un grupo de trabajo para el diseño y la implementación de al menos un Programa de Intercambio de Información, sobre sus respectivos programas, fuentes de información, datos, registros, controles, bases de datos, entre otros; que en el ejercicio de sus atribuciones cuenten para el cumplimiento de la normatividad ambiental”.
En esta tarea participan la Semarnat, a través de la Subsecretaría de Fomento y Normatividad Ambiental, la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Secretaría de Desarrollo Sustentable del Estado de Yucatán, que actuarán con apego a la normatividad ambiental y al artículo 4° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de garantizar el derecho a un medio ambiente sano, una vida digna, el desarrollo de los pueblos indígenas, así como el derecho al agua y al saneamiento de la misma.
Al respecto, la organización Indignación de derechos humanos recordó que pobladores y pobladoras mayas, junto con representantes de pueblos de Chile, Argentina, Ecuador y Estados Unidos, emitieran la Declaración de América sin mega fábricas de cerdos, para exigir a las autoridades yucatecas, mexicanas y de los países mencionados, un alto al avance de la industria porcícola por afectar el derecho a la libre determinación de los pueblos, la salud, el medioambiente, el agua y la
alimentación.
Asimismo, Indignación afirmó que “frente a este contexto resulta inadmisible que, mientras las comunidades mayas se reúnen para exigir el cierre inmediato de las mega fábricas de cerdos y el respeto a su derecho a la libre determinación y a vivir en un medioambiente sano, los gobiernos federal y estatal en una muestra más de racismo, realicen acuerdos y foros en los que las comunidades indígenas vuelven a estar invisibilizadas”.
“Es preciso recordar que las comunidades mayas han exigido tanto al gobierno federal como al estatal el respeto a su derecho a la libre determinación frente al negocio porcícola. Basta recordar que hace un mes, representantes de las comunidades afectadas sostuvieron en la comunidad de Homún, una reunión con funcionarios de la Semarnat en donde les hicieron llegar información sobre las diversas violaciones que las mega fábricas de cerdos causan en sus territorios”.
Indignación insiste en que “las comunidades mayas del estado han solicitado el diálogo con autoridades municipales, estatales y federales, han realizado autoconsultas en las cuales han dicho no a las mega granjas de cerdos, han realizado peticiones formales y juicios de amparo para ejercer su derecho a la libre determinación, han realizado manifestaciones pacíficas y a pesar de todo ello, las autoridades de los tres niveles de gobierno siguen respaldando a las grandes empresas porcícolas omitiendo el derecho que los pueblos tienen a decidir sobre su territorio y el ejercicio de su soberanía como pueblos originarios.
“Finalmente no sobra decir que, frente a la crisis climática que impera en el mundo, resulta indispensable erradicar el modelo económico que subsiste, pues además de generar graves impactos ambientales, afecta el tejido social y genera condiciones de explotación y despojo hacia las comunidades y pueblos afectados, tal como se determinó en la Declaración de América sin mega fábricas de cerdos”.