Redacción.- “Es sano y necesario ponderar la actividad de los jueces en virtud de las resoluciones que emiten, y nunca perder de vista la independencia judicial —la de los juzgadores y la de uno de los poderes constitutivos de la República. Una judicatura independiente es pilar de nuestra democracia. Es el legado que nos transmite
nuestra ley fundamental”, dijo la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Lucía Piña durante el 106 Aniversario de la Promulgación de la Constitución de 1917 en Querétaro ante el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Tras la polémica, alimentada en redes por su portavoz, el presidente López Obrador dijo que le “llena de orgullo” que la ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Lucía Piña, se haya quedado sentada en la ceremonia del 106 aniversario de la promulgación de la Constitución, celebrada en Querétaro.
En efecto, el vocero presidencial, Jesús Ramírez, criticó y reprochó que la ministra presidenta de la SCJN, rompiera el protocolo y no se levantara a aplaudir a la llegada del presidente López Obrador.
Por su parte, el presidente no entró flanqueado por los representantes de los otros dos poderes, el Judicial y el Legislativo, es decir, Lucía Piña y Santiago Creel, a quienes dejó atrás luego de saludarlos a la entrada del recinto donde se llevó a cabo la ceremonia.
La ministra, en su discurso, advirtió que “tenemos la responsabilidad de preservarla y fortalecerla. De lo contrario, corremos el riesgo de mermar esa garantía en detrimento de las propias personas que nos demandan justicia”.
“La independencia judicial no es un privilegio de los jueces, es el principio que garantiza una adecuada impartición de justicia para hacer efectivas las libertades y
la igualdad de las y los mexicanos. La independencia judicial es la principal garantía de imparcialidad del Poder Judicial, siempre, en beneficio de la sociedad”, añadió.
Y puntualizó: “Por mandato constitucional, la impartición de justicia exige también interpretar atendiendo a los valores y principios inmersos en las normas. Esta importantísima labor, la realizamos como seres sociales, insertos en una cultura política, con diversos perfiles éticos, que se proyectan inevitablemente en nuestra labor. La diversidad entre quienes impartimos justicia, no sólo es inevitable, es deseable”.
“Nuestra principal responsabilidad es garantizar el acceso a la justicia, viendo por la dignidad humana a través de la promoción, protección, respeto y garantía de los
derechos humanos contenidos en nuestra Constitución”, añadió la ministra.