Con apoyo y gestiones realizadas por el gobierno de Mauricio Vila Dosal los restos mortales del trovador Enrique Galaz Chacón, autor de la música del primer bolero mexicano titulado “Madrigal”, descansan en el Monumento de los Creadores de la Canción Yucateca del Cementerio General de Mérida.
Teniendo de fondo musical de la emblemática canción “Peregrina”, la presidenta de la Comisión de Cultura del Ayuntamiento de Tijuana, Miriam Echeverría Gastelum, y el director del Archivo Histórico de Baja California, José Gabriel Rivera Delgado, introdujeron las cenizas del compositor al mausoleo donde se realizó una guardia de honor y homenaje presidido por la titular de la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta), Loreto Villanueva Trujillo.
Acompañada por los presidentes emérito y actual de la Sociedad Artística “Ricardo Palmerín”, Luis Pérez Sabido y Enrique Martín Briceño, respectivamente, la funcionaria estatal señaló que en la dependencia se tiene el objetivo de apoyar siempre la salvaguarda de nuestro patrimonio cultural, la recuperación de nuestros artistas, tal y como se hace con el maestro Galaz Chacón.
En ese sentido, comentó “continuaremos en las tareas que favorezcan el rescate de valores que por azares del destino un día se fueron de aquí, aunque Yucatán jamás se fue de ellos. A pesar de la distancia y del tiempo transcurrido, Enrique Galaz Chacón es un ejemplo de que tarde o temprano terminamos volviendo a nuestra casa”.
Por su parte, Pérez Sabido destacó que “hoy es un día muy especial, como son muy especiales todos los días en que traemos los restos de algún poeta o algún compositor, esa es la misión de la Sociedad `Ricardo Palmerín´, creada en octubre de 1949 por Ermilo Padrón López”.
Asimismo, explicó que el homenajeado “tiene el mérito de haber sido el compositor del primer bolero yucateco en agosto de 1918, que al cotejar las fechas de la historia del bolero mexicano, nos dimos cuenta que era el autor del primer bolero de autores mexicanos” y finalizó agradeciendo el apoyo de las autoridades estatales, bajacalifornianas para el traslado sus cenizas a tierras yucatecas.
En su turno, Martín Briceño destacó la carrera artística de “El Curro”, como también lo conocían, actuó con el propio Palmerín, Pepe Domínguez le grabó los temas “No me olvides”, “Quiero” y “Aquel beso” y junto a Guty Cárdenas la melodía “El carpintero”. Además alternó en programas con el violista Silvestre Revueltas, la soprano Adda Navarrete y la compositora María Grever, entre otros.
Para finalizar la ceremonia, las autoridades depositaron las cenizas en la cripta correspondiente, acompañados por el síndico municipal de Hunucmá, José Arturo de la Rosa Cool Frías y de la sobrina del homenajeado, Margarita Pérez Galaz; mientras sonaba una grabación de Galaz Chacón y posteriormente, Trovanova-Los Trovadores de Yucatán entonó “Las golondrinas yucatecas”.
Los restos del trovador se pudieron localizar y exhumar de la fosa 42 del panteón municipal número 2, de Mexicali, gracias a la investigación de Rivera Delgado y del promotor cultural Mario Trejo Dozal.
El lunes pasado las cenizas estuvieron en la hacienda Cacao, de Abalá, lugar donde fue compuesto el bolero, cuya letra es del periodista Carlos R. Menéndez, estrenada por el Dueto Ponce-Galaz, integrado por el tenor Augusto “El Pollo” Ponce Escalante y el tributado. Luego fue llevado Hunucmá, donde develaron una estela que da fe de su nacimiento ahí.
Anoche, la máxima institución de música vernácula de nuestro estado, la Orquesta Típica Yukalpetén (OTY), bajo la dirección del Pedro Carlos Herrera López, y sus solistas, ofrecieron un concierto en su memoria en el Palacio de la Música – Centro Nacional de la Música Mexicana donde interpretaron “Madrigal”, así como otras canciones de la época de oro de la trova yucateca.
Enrique Galaz Chacón nació en Hunucmá el 27 de marzo de 1897. En febrero de 1906 fue felicitado por el presidente Porfirio Díaz por la ejecución de los timbales en un danzón interpretado por la Orquesta de José Cueva Pachón, en la recepción ofrecida al mandatario en su visita a Yucatán. Después aprendió a tocar la guitarra y hacer segunda voz.
Formó parte de la delegación artística yucateca, que Felipe Carrillo Puerto, presidente del Partido Socialista del Sureste, envió a la capital del país para participar en las Fiestas del Centenario de la Consumación de la Independencia, en septiembre de 1921. Ese año fijó su residencia en la Ciudad de México.
A mediados del siglo XX se trasladó a Tijuana. En 1968 visitó Mérida y participó en el programa televisivo “Panorama de la Canción Yucateca”. El 10 de junio de 1969 se casó en Tijuana con Ángela Torres Domínguez Cobo y el 2 de agosto de 1972 falleció.