En el marco conmemorativo de su décimo primer aniversario, Jugadores Anónimos del grupo “Vuelve a Vivir” realizará unos talleres con testimoniales de los participantes este viernes 29 a las 20:00 horas en su local ubicado en la Avenida Alemán No. 99 A entre 19 departamento 4 de la colonia Itzimná.
Jorge L., organizador de estas actividades señaló que cuando el juego ocasional se convierte en juego habitual hay altas probabilidades de sufrir un trastorno de ludopatía, en los hombres esta afectación suele iniciarse en la adolescencia, mientras que las mujeres suelen desarrollar esta adicción entre los 20 y los 40 años.
Detalló que entre los tratamientos más frecuentes que existen para poder conseguir hacer frente a la ludopatía se encuentran en los grupos de apoyo y autoayuda, función que caracteriza a nuestra agrupación JUGADORES ANÓNIMOS, donde brindamos terapia conductual y cognitiva.
Señaló que a los familiares de un ludópata, los especialistas recomiendan que traten de explicarle objetivamente al jugador qué es lo que está pasando, entre esos puntos está la cantidad de dinero que destina a las apuestas y el tiempo de calidad que no dedica a su familia, de igual manera, otra de las características de este padecimiento es la irritabilidad y el nerviosismo del ludópata.
Definió la Ludopatía como la adicción patológica a los juegos de azar y las apuestas que consiste en un deseo irreprimible de jugar pese a que la persona es consciente de las consecuencias, muchas personas caen en este problema de adicción al juego fundamentalmente porque encuentran en él un mecanismo para liberar su nivel de estrés o para escapar de los graves problemas personales, laborales o económicos que tienen.
Explicó que la ludopatía es diagnosticada a partir de diversos síntomas, como los pensamientos frecuentes sobre el juego, la irritabilidad cuando se intenta dejarlo o reducirlo y la utilización del juego como un mecanismo de evasión.
Los expertos sostienen que la ludopatía puede derivar en otros trastornos como la ansiedad, depresión o hasta problemas cardíacos derivados del estrés, la enfermedad es emocional, progresiva por naturaleza, destructiva y en ocasiones mortal.
Invitó a las personas interesadas a sumarse a esta agrupación y buscar ayuda a marcar al teléfono 9995 452925, de igual manera puede buscarnos en Facebook JA vuelve a Vivir, o acudir al nuestro local social ubicado en la Av. Alemán No. 99 A x 19 y 19 A departamento 4 de la colonia Itzimná, estamos de 20:00 a 21:30 los Lunes, Miércoles y Viernes.
Testimonios: Pedro R es un paciente ludópata en recuperación cuenta con 48 años de edad, Yo lleve una vida de apuestas de alrededor de 20 años, dijo que desde niño inició jugando lotería, posteriormente cuando crecía jugaba volados de planillas para canjear woodman, veía como mi padre jugaba las cartas, melate, lotería, y pronósticos deportivos, luego en palenques, póker, carreras de caballos y máquinas y mesas de casino, siempre apostaba para ganar.
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Pasé por la adicción al alcohol, a la cocaína, que ninguna de esas dos adicciones me arrastraron tanto como el juego, me volví el mitómano más grande que existe por conseguir dinero, llegué a robar, empeñar, vender y hasta prostituirme por obtener dinero, en ese lapso de mi actividad me fui alejando de familia, amistades, e ir perdiendo todo hasta mi familia, soy padre de tres hijos y a mi esposa la fui fastidiando y cansando de miseria, hasta que un buen día dijo hasta aquí, sigue con tu adicción y yo me voy.
Pues ni eso me hizo entender la razón de porque seguí partiéndome el alma, yo soy Ing. industrial siempre labore en la industria textil, tuve cargos gerenciales y buen generador de ingresos, pero de nada me servía porque todo lo malgastaba al grado de no tener ni que comer, amanecer en una cama con una desmoralización horrible y con culpa y frustración, así fueron muchas veces. Perdí más que el dinero, perdí mi dignidad como ser humano, amor propio y autoestima.
Canse a mi madre a mi hermana, perdí la confianza en mucha gente por esa adicción tan horrible, muchas veces prometí…….juré a Dios…jure a mi madre que no volvería hacerlo.
Ese dolor me duraba solo mientras yo volvía a tener dinero para jugar porque después se me olvidaba y volvía a la misma escena, el final era siempre el mismo, la miseria total, JAMAS PUDE SOLO.
En pandemia cierran los casinos y me dedico hacer una casa de apuestas clandestinas, yo pensé que haría el negocio de mi vida, fue lo peor que pude yo haber hecho, solo me hizo arrastrarme más y endeudarme al máximo.
Yo llego al grupo de jugadores anónimos después de perder la noche anterior una cantidad fuerte de dinero, 70,000 pesos para ser exactos y dinero que no era mío, ese día decido buscar ayuda porque ya no podía, ya pasaban por mi mente el suicidio literal, cruzo esa puerta y les digo que necesito me ayuden, ese día me dan junta de información y me siento a escuchar, fue muy difícil el inicio porque yo pensaba que ellos no habían vivido lo que yo viví, me desesperaba me daba ansiedad por que mi mente seguía atrapada en el casino, y comencé asistir al grupo 5, 6 días por semana, sabía que tenía que mantener mi mente ocupada y escuchando, dejar cualquier adicción no es sencillo, se necesita primero querer y aceptar que tenemos un problema.
Así transcurrieron 3 meses me apliqué en mi grupo, escuchar sugerencias de la gente que va adelante, escuchar la literatura, iniciar a leer, y comenzar a ver que el programa es una belleza y darme cuenta de mis avances porque también yo hice mi parte, no faltar, comenzar a prestar servicio que también es parte de la recuperación, escuchar testimonios de los compañeros porque siempre de una reunión yo me llevaba algo bueno por escuchar, puse mi vida y mi voluntad en las manos de un poder superior como lo dice la literatura que para mí es Dios, sin la ayuda de él no hubiese podido concretar esas 24 horas de sobriedad.
Yo decía creer en Dios, pero sin conocerlo, en el programa haciendo mi 4to y 5to paso tengo un despertar espiritual donde en verdad comienzo a conocer de Dios, y sin su ayuda es difícil ya que el programa es espiritual.
También quiero externarles y ser honesto que acabo de pasar una recaída, solo me basto un día para volver a regresar a ese pasado horrible, mis emociones y el no pensar en las consecuencias, una recaída es dolorosa por que se pierde más que lo económico, pierdo confianza en mí, seguridad, me fallo a mí mismo, a Dios y toda la agrupación, ahora estoy de vuelta en el camino no es fácil lograrlo, pero solo por “hoy no apuesto”
Pues es parte de mi testimonio, a diario tenemos un minuto de oración por toda esa gente que sigue en las garras de la adicción y que están por llegar, el programa de JA funciona y aparte de que dejas de apostar cambia tu vida 360° porque también habla de un cambio de juicios y actitudes para trabajar en ser mejor ser humano día a día.
Gracias por leerme
Testimonio 2: EXPERIENCIA DE VIDA DE GERARDO, 40 años.
Mi llegada al grupo de Jugadores Anónimos, fue después de muchos años de pensarlo. Sabía que el casino no me hacía bien y que cada vez estaba peor.
Intentaba dejarlo por mi cuenta, con ayuda de psicólogo, pero no había tocado realmente mi fondo a pesar de que embargaron mi casa, afecte a mi entonces pareja con problemas de deudas y a mi familia, incluso en la enfermedad de mi hermana internada me escapaba cuando me tocaba cuidarla para ir al casino.
Dejé de ir por mi cuenta un año, pero después poco a poco fui volviendo a ir nuevamente. Después de trece años mis apuestas fueron aumentando cada vez más de pasar de 2 pesos por tiro a 5, 10, 20, 50, 100 hasta a llegar a casi 400 por tiro. Para entonces ya estaba extremadamente endeudado con préstamos al banco, en las aplicaciones, en la empresa donde laboraba, en el fonacot, a prestamistas, amigos y familiares.
Perdí mi coche y luego por fin mi trabajo. Ahí es cuando toqué fondo y decidí que tenía que hacer algo para cambiar esta vida que no era vida. Ya solo tenía cabeza para dos cosas apostar o buscar cómo pagar mis deudas y un vacío existencial cada vez más grande dentro de mí.
El día que llegue al grupo de Jugadores anónimos, solo quería información con ganas de salir y volver otro día. Siendo Ateo pensaba, “si se ponen a rezar yo salgo y no vuelvo”. Pero decidí quedarme a pesar de mis reservas. Me dije: ” si no tenías miedo de apostar esos trancazos de dinero no creo que no puedas pasar esa puerta”, al sentir la empatía de quienes estaban ese día me dije “ya estoy aquí vamos a quedarnos a escuchar”.
Empecé a llorar tan pronto escuché la primera tribuna de una compañera, hacía meses que no podía llorar, y al final de la sesión me invitaron a pasar a tribuna y decidí hacerlo, llore más mientras les contaba porque llegué, un desahogo sumamente sanador, solo por eso sentí como se me quitó un gran peso de encima.
De ahí fui asistiendo a cada sesión y aprendiendo que los doce pasos que maneja el grupo son parte de un programa para aprender a lidiar con mis emociones en vez de evitarlas yendo a apostar. Te dan herramientas para uses en tu día a día.
Aprendí que de cada compañero que pasa a tribuna siempre aporta algo que aprender mientras me mantenga receptivo. Y sobre todo que nadie me juzga en el grupo ya que todos hemos pasado por diferentes situaciones que nos han llevado a buscar ayuda.
Sigo aprendiendo y cuando he tenido alguna crisis que me haga querer bajar la guardia el grupo me ha arropado sin dudar.
Sé que esto es, como me dijeron, “un puerto seguro al cual llegar” que está ahí para quien decida que quiere ayuda y esté dispuesto a mejorar su vida.
Es mi roca, mi medicina para el alma que es para toda la vida como cuando tienes diabetes y tomas insulina.
Actualmente volví al psicólogo especialista en adicciones adicional al apoyo que da el grupo. Toda la ayuda que pueda tener es bienvenida.
Gracias. Atentamente Gerardo
Testimonio 3: Soy Ricardo , tengo 30 años.
Yo empecé a jugar antes de lo que yo creía, desde pequeño tenía muy normalizado el juego en casa. Yo siempre pensé que inicié a jugar cuando tuve suficiente edad para entrar a un casino, pero no es así. Y por ser algo tan cotidiano en mi vida prácticamente he jugado siempre.
Cuando a los 18 años entre por primera vez al casino lo que me llamo la atención fue el black Jack y la ruleta, los clásicos que todos conocemos por alguna película y que resultan ser muy simples de entender. Al poco tiempo me involucré en más juegos de cartas como el póker y dados. Pero no tarde mucho en implicarme en apuestas deportivas también. Siempre he seguido muy de cerca los deportes, me gustaba practicarlos y verlos, y había encontrado el medio perfecto para continuar disfrutando de los partidos y “ganar” dinero al mismo tiempo.
Descargué en mi celular la aplicación de Caliente y comencé a jugar apuestas en línea con diferentes deportes del fin de semana. Con el tiempo evolucionó a partidos del día, y poco a poco fui necesitando que la respuesta fuera más rápida. Ya no podía esperar 3 horas a que concluyera un partido porque necesitaba el estímulo de forma instantánea. Empecé a apostar a partidos en vivo, set de tenis, incluso a quien ganaba el siguiente punto. Me encontraba a un punto en donde mi dependencia a esa respuesta inmediata era tan alta que ya apostaba a cosas que yo totalmente desconocía.
Me autoengañé y sentí una superioridad por mucho tiempo porque lograba ganancias en 10 minutos iguales o superiores a un mes de trabajo sentado en un escritorio. Claro que la buena fortuna no existe y lo que fácil llega, fácil se va. Los últimos años gastaba más de lo que me podía permitir. El sueldo me duraba dos días, no tenía nunca dinero. Solo pensaba en que necesitaba más, y una vez que conseguía tenerlo en mi cuenta inmediatamente encontraba un partido para apostarlo, sin pensar en las consecuencias que esto podía tener.
Invertía más tiempo del que debía en el juego. Planificaba mi día para ver partidos y apostar. Incluso durante el trabajo desde el celular era muy simple el descuidar actividades por estar viendo los resultados y encontrar un nuevo partido para apostar.
Tuve que tocar fondo; económica, emocional y espiritualmente. Jugaba de forma impulsiva y sin control.
No me apetecía dormir. Con la pandemia me aísle por completo y le hice mucho daño a mi persona y a mis círculos cercanos por no querer reconocer que se me había salido de las manos la situación. No supe pedir ayuda y tarde mucho tiempo en reconocer que tenía un problema.
Me siento mal y muy enfadado conmigo mismo porque veo que soy incapaz de parar y no soy capaz de contar lo que me pasa y me frustra. Me siento mala persona y mal conmigo mismo por todo lo que estoy haciendo. Las deudas me consumían.
Tuve muchos intentos fallidos de frenar las apuestas en el pasado por mi propia cuenta, y por primera vez en 31 años decido que es momento de pedir ayuda. Me acerqué con mis padres y mi mamá me ayuda a encontrar el grupo de Jugadores Anónimos Vuelve a Vivir.
Es muy complicado llegar y asimilar que eres impotente ante el juego, pero dentro del grupo hay un gran ambiente de apoyo y comprensión. Mi soberbia me cegaba, pero el formar parte del grupo Vuelve a Vivir me ha ayudado a ver con claridad. Tengo una enfermedad que necesita atención.
Desde los primeros días me deshice de una carga que llevaba conmigo por mucho tiempo. Logré compartir cosas que nunca dije en voz alta. Aprendí a agradecer lo que tengo y a soltar el pasado.
Recuperé cosas tan simples como el sueño, ahora puedo dormir más de 7 horas seguidas. Con tan solo unos meses en el grupo continúo trabajando en mí, en mis defectos. He aprendido que la Ludopatía es una enfermedad con la que debo vivir toda mi vida, pero tengo la oportunidad de fortalecer aspectos de mi persona, carácter y alma que me ayudarán a lidiar con esta adicción. 24hrs!
Gracias por leerme