Tras la catástrofe en Valencia, España, causada por la tormenta que dejó al menos 150 muertos, la búsqueda de cadáveres, desaparecidos y personas aisladas del mundo exterior continúa durante la noche. “Sin embargo, debido a la oscuridad, muchas actividades se han tenido que interrumpir hasta el amanecer”, dijo por la tarde el jefe del servicio de urgencias de la Cruz Roja Española, Íñigo Vila, a la televisión estatal RTVE. El gobierno español envió más de 1.000 fuerzas especiales del ejército y helicópteros a la región de Valencia, según la ministra de Defensa, Margarita Robles. Además, estaban de servicio 1.500 agentes de policía.
España está sufriendo su peor inundación en décadas tras las lluvias torrenciales que azotaron la provincia oriental de Valencia. El número de muertos va en aumento y hay personas desaparecidas.
Según informes de los medios españoles, entre los muertos se encuentran al menos cuatro niños y seis ancianos en una residencia de ancianos. Se teme que el número de víctimas siga aumentando. No hay todavía un número total oficial de personas desaparecidas. Miles de personas que resistían en vehículos, casas y pueblos también necesitaban ayuda. Muchos miles de personas también han quedado atrapadas desde el martes por la noche en trenes, casas, oficinas, escuelas y centros comerciales. Otros buscaron refugio en los tejados de coches o casas.
La situación es especialmente mala en la región de Valencia, muy popular entre los turistas, donde se han recuperado 92 de las víctimas mortales confirmadas. Otras regiones del Mediterráneo, como Andalucía y Murcia, así como Castilla-La Mancha, también se ven gravemente afectadas.
Durante la noche numerosas autopistas y caminos rurales seguían intransitables. El tráfico ferroviario también se vio significativamente afectado. Alrededor de 115.000 hogares se quedaron sin electricidad y todavía había problemas con las conexiones de telefonía móvil. Un portavoz de la Guardia Civil estimó por la tarde que 1.200 personas seguían atrapadas en coches, autobuses o camiones en las autopistas A3 y A7. Pero también hubo muchos que no quisieron abandonar sus vehículos, se dijo. Así, 5.000 vehículos, algunos de los cuales habían sido abandonados por conductores y pasajeros, quedaron varados en Valencia.