Más allá de los problemas generales sobre los aranceles de Trump y su estrategia de nacionalismo económico, las acciones actuales contra Canadá y México son inexplicables y peligrosas, dice Lawrence H. Summers profesor de la Universidad Charles W. Eliot y profesor emérito de Harvard así como ex secretario del Tesoro de la administración Clinton y director del NEC con el presidente Obama.
Advierte que en primer lugar, los aranceles aumentarán los precios de los automóviles, la gasolina y todo tipo de cosas que la gente compra en Estados Unidos.
“En segundo lugar, a medida que los aranceles se trasladan a los consumidores y luego otras empresas aumentan los precios para igualar los de sus competidores, esto perjudicará la creación de empleo en Estados Unidos al hacer que las empresas estadounidenses sean menos competitivas. Gran parte de lo que exportamos implica insumos importados. Los automóviles cruzan la frontera entre cinco y diez veces durante el ensamblaje. Esto hace que toda América del Norte sea mucho menos competitiva en relación con Europa y Japón”.
En tercer lugar, dice Lawrence, esto obligará a nuestros aliados a tomar represalias, y supongo que tomarán represalias de maneras diseñadas para maximizar nuestro dolor económico.
En cuarto lugar, añade el profesor de Harvard, es difícil imaginar una mejor manera de aumentar la migración en nuestra frontera sur que desestabilizando la economía mexicana, como se pretende con estos aranceles.
“En quinto lugar, como primera medida de política exterior de una nueva administración, se castiga a nuestros aliados más cercanos y se recompensa a nuestros adversarios. La idea de la diplomacia es unir a los aliados y dividir a los adversarios. ¿Por qué estamos haciendo lo contrario?”
Y puntualiza: “Si Estados Unidos demuestra que está dispuesto a imponer aranceles arbitrariamente como una forma de tomar rehenes para ejercer presión, otros países nos considerarán un mal socio, lo que socavará nuestra economía, nuestro poder y nuestra seguridad nacional”.
Y concluye: “Estas acciones son una prueba importante para la comunidad empresarial estadounidense, que sabe que no se trata de una estrategia a favor de las empresas para promover el crecimiento económico. Espero que los líderes empresariales tengan el coraje de decirlo”.