Cartas a la redacción.-
A la opinión pública.
Poco destacada la trayectoria de la ex directora del INAH A. G. A., en Yucatán.
A.G.A, quien se desempeñaba como directora del Centro INAH Yucatán, fue designada nueva coordinadora nacional del INAH.
El nombramiento lo hizo Joel Omar Vázquez Herrera, nuevo director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en sustitución de Diego Prieto Hernández.
El nombramiento lo hizo supuestamente por la destacada labor de la arqueóloga en Yucatán, sin embargo tanto trabajadores de la institución como los usuarios que hacen trámites en el INAH están asombrados de dicho nombramiento puesto dicha funcionaria carece de una destacada labor en el estado, en el cual apenas se dejaba ver una o dos veces por semana, despachando desde la Ciudad de México o incluso desde Barcelona, España, donde acudía en cada periodo vacacional.
De acuerdo con declaraciones de Vázquez Herrera, citado por el INAH en un comunicado, la designación de A.G.A. se debe “al destacado trabajo que ha realizado desde la dirección del Centro INAH Yucatán”, sin embargo sus trabajadores piensan lo contrario.
Su gestión iniciada a finales de junio 2023, destaca por problemas en el INAH que nunca pudo resolver, como el cierre de la zona Arqueológica de Mayapan, mala relación con empresarios, doble cobro de las zonas arqueológicas por parte de CULTUR y del INAH, cierre de la zona arqueológica de Balancanche y Loltun, corrupción en la expedición de permisos, abandono de los museos como la Pinacoteca y Dzibilchaltun entre otros.
Asimismo destaca por mala gestión en restauración de diversos inmuebles emblemáticos, entre ellos las obras inconclusas de la Pinacoteca “Juan Gamboa Guzmán”, el Museo de Antropología Palacio Cantón, el abandono de la Capilla de San Juan de Dios, y las inacabadas obras del Teatro José Peón Contreras (a raíz de su incendio en 2022), cuyas obras aún continúan.
También destaca el abandono de la base trabajadora sindical y eventual de la dependencia, puesto en su gestión no se crearon nuevas plazas para atender el estado, ni se emprendieron obras para beneficiar a la base trabajadora.
Actualmente son múltiples del voces que señalan que la funcionaria no se dejaba ver en ninguna clase de eventos públicos, y tenía una nula participación en actividades académicas porque era difícil encontrarla en las oficinas, puesto que siempre se la pasaba de “comisión”.
De igual modo deja el estado, con pocos avances en la modernización de sus trámites acumulando las quejas por los trámites lentos y con moches de la dependencia para restaurar casonas o liberar terrenos.
Ojalá sea momento de que un destacado investigador, profesor o antropólogo del estado llegue a ocupar la silla que deja la arqueóloga que permita trabajar para el desarrollo del estado, puesto el “destacado trabajo de A.G.A. en Yucatán” dejó mucho que desear.