El Papa León XIV llamó a los políticos de todo el mundo a superar la inaceptable desproporción entre la riqueza de unos pocos y la pobreza excesivamente extendida: hay que "trabajar para superar la inaceptable desproporción entre la riqueza de unos pocos y la pobreza, que está ampliamente extendida. Quienes viven en condiciones extremas claman por hacerse oír y, a menudo, no encuentran oídos dispuestos a escucharlos. Este desequilibrio genera situaciones de injusticia permanente, que fácilmente conducen a la violencia y, tarde o temprano, a la tragedia de la guerra. Por otro lado, la buena acción política, al promover la justa distribución de los recursos, puede ofrecer un servicio eficaz a la armonía y la paz, tanto a nivel social como internacional”.
En el Aula de la Bendición, en el Vaticano, donde se encontraban setecientos parlamentarios procedentes de 68 países del mundo, con ocasión del Jubileo de los gobernantes, el Papa dijo también que hay que garantizar la libertad religiosa y respetar la ley natural, que constituye la brújula para orientarse en la legislación y la acción, en particular en cuestiones éticas delicadas que hoy se plantean con mucha mayor urgencia que en el pasado, afectando a la intimidad personal.
Y, por último, les dijo que hay que afrontar el reto de la inteligencia artificial, que no debe afectar la identidad ni la dignidad de la persona humana ni sus libertades fundamentales.
Como señalé el Papa León XIV afirmó esto en la audiencia que concedió a los administradores y políticos participantes en el Jubileo de los gobernantes. En primera fila, la presidenta del consejo, Giorgia Meloni, a quien el Papa saludó al inicio del discurso y quien comentó: «Atesoraremos sus valiosas enseñanzas».
“Es necesario promover y proteger, más allá de cualquier interés particular, el bien de la comunidad, especialmente en defensa de los más débiles y marginados”, dijo el Papa Prevost en su discurso, pronunciado íntegramente en inglés. “Por ejemplo, se trata de trabajar para superar la inaceptable desproporción entre la riqueza de unos pocos y la pobreza, que está ampliamente extendida. Quienes viven en condiciones extremas claman por hacerse oír y, a menudo, no encuentran oídos dispuestos a escucharlos. Este desequilibrio genera situaciones de injusticia permanente, que fácilmente conducen a la violencia y, tarde o temprano, a la tragedia de la guerra. Por otro lado, la buena acción política, al promover la justa distribución de los recursos, puede ofrecer un servicio eficaz a la armonía y la paz, tanto a nivel social como internacional”. Este evento jubilar fue promovido por la Unión Interparlamentaria.
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