El Papa León XIV durante su viaje al Líbano dijo que su viaje a Turquía y al País de los Cedros tiene el objetivo de “hacerme peregrino de esperanza en Medio Oriente, implorando a Dios el don de la paz para esta amada tierra, marcada por la inestabilidad, las guerras y el dolor”.
El Pontífice Prevost dijo que “Oriente Medio necesita actitudes nuevas, para rechazar la lógica de la venganza y la violencia, para superar las divisiones políticas, sociales y religiosas, para abrir capítulos nuevos bajo el signo de la reconciliación y la paz. La vía de la hostilidad mutua y de la destrucción en el horror de la guerra ha ido demasiado lejos, con los deplorables resultados que están a la vista de todos. Necesitamos cambiar de camino, necesitamos educar el corazón para la paz”.
“Ruego especialmente por el amado Líbano. Pido nuevamente a la comunidad internacional que no se escatimen esfuerzos para promover procesos de diálogo y reconciliación. Dirijo un apremiante llamamiento a cuantos están investidos de autoridad política y social, aquí y en todos los países marcados por guerras y violencia: ¡escuchen el clamor de sus pueblos que invocan la paz! Pongámonos todos al servicio de la vida, del bien común y del desarrollo integral de las personas”.
El Papa insistió mucho en su mensaje de paz en un país marcado por las divisiones internas, las guerras fratricidas y las agresiones de Israel, que ha seguido bombardeando casi a diario al Líbano a pesar de la tregua pactada: “En un mundo cada vez más interconectado, ustedes están llamados a ser constructores de paz: a enfrentarse a la intolerancia, a superar la violencia y a desterrar la exclusión; iluminando el camino hacia la justicia y la concordia para todos, a través del testimonio de su fe”.


Explicó también que “durante muchos años, y especialmente en los últimos tiempos, el mundo ha fijado su mirada en Oriente Medio, cuna de las religiones abrahámicas, observando el arduo camino y la incesante búsqueda del preciado don de la paz. A veces, la humanidad mira al Oriente Medio con inquietud y desaliento, ante conflictos tan complejos y prolongados. Sin embargo, en medio de estas luchas, se puede encontrar esperanza y aliento cuando nos centramos en lo que nos une: nuestra humanidad común y nuestra creencia en un Dios de amor y misericordia. En una época en la que la coexistencia puede parecer un sueño lejano, el pueblo libanés, aun abrazando diferentes religiones, se erige como un poderoso recordatorio de que el miedo, la desconfianza y los prejuicios no tienen la última palabra, y que la unidad, la reconciliación y la paz son posibles. Es una misión de esta amada tierra que se mantiene inalterada a lo largo de la historia: dar testimonio de la verdad imperecedera de que cristianos, musulmanes, drusos y muchos otros pueden vivir juntos y construir un país unido por el respeto y el diálogo”.


Por último respecto al genocidio en Palestina el Papa León XIV afirmó que la única solución al conflicto que se ha prolongado durante décadas entre Israel y el pueblo palestino debe incluir un Estado palestino, reafirmando la postura del Vaticano.
“Todos sabemos que en este momento Israel aún no acepta esa solución, pero la consideramos la única”, declaró el Papa León XIV, el primer Papa estadounidense, a los periodistas durante su primera conferencia de prensa a bordo de un vuelo de Turquía al Líbano.
“También somos amigos de Israel y buscamos ser una voz mediadora entre ambas partes que pueda ayudarlas a alcanzar una solución con justicia para todos”, añadió el Papa en italiano.










