Paul Campo, agente especial de la DEA (Drug Enforcement Administrationdurante) 15 años, y su socio Robert Sensi, veterano agente de la CIA (Agencia Central de Inteligencia), fueron arrestados en Nueva York por estar involucrados en una operación de 12 millones de dólares de lavado de dinero y venta de armas para el cártel Jalisco Nueva Generación. Según la acusación —presentada por la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York— los agentes de la DEA y la CIA acordaron intercambiar pagos a cambio de 220 kilos de cocaína y conseguir armas, equipo militar y drones explosivos para el cártel de Jalisco, según la información oficial. Ambos son acusados de conspirar con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) para realizar actividades de lavado de dinero, facilitar el tráfico de cocaína, asesorar sobre la producción de fentanilo y gestionar la posible compra de armas y drones comerciales para la organización criminal.
Campo es un veterano de 25 años de la DEA quien acaba de ser arrestado trabajando para el cártel. Paul Campo, ex subdirector de la Oficina de Operaciones Financieras de la DEA durante el gobierno de Obama, fue arrestado en una operación encubierta junto con su socio Robert Sensi.
La evidencia contra ambos es abrumadora. Fue analizada por el fiscal federal del sur de Nueva York, Jay Clayton: grabaciones, vigilancia, correos electrónicos, intercambio de criptomonedas, transacciones y localización de llamadas telefónicas.
El ex director financiero de la DEA de Obama, Paul Campo, fue arrestado por presuntamente lavar 12 millones de dólares para un cártel de drogas mexicano.
Según la acusación, ambos trabajaban para el CJNG, ahora oficialmente una Organización Terrorista Extranjera, según el gobierno estadounidense.
Esto es lo que los fiscales dicen que acordaron hacer: • Lavar aproximadamente $12 millones en efectivo del cártel (ya invirtió $750,000 en criptomonedas durante la operación encubierta) • Transportar 220 kg de cocaína a Estados Unidos con fines lucrativos • Suministro de AR-15, M16, lanzagranadas, RPG y C-4 montados en drones.
Campo se jactó sin parar de su experiencia dentro de la DEA para ganarse la confianza del cártel. Ambos ahora enfrentan cargos de narcoterrorismo, tráfico de cocaína, apoyo a organizaciones terroristas y lavado de dinero.
En la acusación federal, Sensi es señalado por:
- Ofrecer al CJNG acceso a “un exjefe de operaciones financieras de la DEA” (refiriéndose a Campo).
- Prometer “información sensible” sobre investigaciones y fuentes de la agencia.
- Participar directamente en operaciones de lavado mediante criptomonedas y transferencias a supuestas carteras controladas por la DEA.
- Dialogar con la fuente encubierta sobre armas, drones y explosivos, e incluso discutir la capacidad de carga de C-4 en drones comerciales.












