La pérdida del manto de hielo de la Antártida occidental o el derretimiento generalizado del permafrost, así como otros componentes del sistema climático, se consideran puntos críticos porque pueden atravesar umbrales cruciales y cambiar de forma abrupta e irreversible, aclara la publicación.
Tal desplome de los sistemas terrestres podría provocar las condiciones de la denominada Tierra invernadero: incremento de la temperatura global de cinco grados centígrados, aumento del nivel del mar de entre seis y nueve metros, y la pérdida total de los arrecifes de coral del mundo y de la selva amazónica volviendo inhabitables grandes partes del planeta.
El científico Tim Lenton, de la universidad de Exeter, Reino Unido, advierte que se necesita una respuesta a esta emergencia global para limitar el calentamiento a 1,5 grados Celsius, ya que la estabilidad y la resiliencia del planeta peligran.
Al respecto ejemplificó como el manto de hielo de la Antártida occidental colapsa lentamente, algo que podría estar ocurriendo también en la Antártida oriental, por lo que si ambas se derritieran, el nivel del mar aumentaría siete metros durante los próximos siglos.
Las capas de hielo de esas zonas son solo dos de los nueve puntos críticos o gigantes del sistema climático, que muestran indicios evidentes de estar llegando a un límite sin retorno.
Antes se creía que los puntos críticos solo se alcanzarían cuando el calentamiento global superara los cinco grados Celsius.
Sin embargo, los informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático del último año insisten en que pueden ocurrir con un calentamiento de entre uno y dos grados.
El actual calentamiento global es el más extenso de los últimos dos mil años y afecta al 98 por ciento del planeta, lo cual es considerado un hecho sin precedentes.