Redacción.- Con la Guardia Nacional ahora activa en 22 Estados de la Unión Americana y los gobernadores que continúan declarando medidas de emergencia cada vez más severas diariamente, el ejército de los Estados Unidos está preparando fuerzas para asumir un papel más importante en respuesta a la epidemia de coronavirus, incluida la controvertida misión de sofocar “disturbios civiles” y hacer cumplir la ley, una misión en la que los militares no han participado durante casi 30 años, afirma la revista estadounidense Newsweek. Éstas informaciones no han podido ser verificadas por otras fuentes consultadas por Infolliteras.com
Dicha planificación, para afrontar el caos, involucra al Pentágono y al Comando Norte de los Estados Unidos (en el que está integrado México, cabe recordar). Si bien admiten que la Guardia Nacional es la mejor opción si hay un colapso público, también dicen que es posible que no se pueda confiar en la Guardia Nacional, no solo por las dimensiones de la crisis que puede desatarse, sino también porque es una fuerza ciudadana que se extiende por todo Estados Unidos y, por lo tanto, es tan susceptible como el resto de la población en general de contraer el virus, puntualiza Newsweek.
En efecto. El ejército estadounidense ha comenzado los preparativos para implementar un conjunto de planes de contingencia secretos que pueden ponerse en marcha si el brote de COVID-19 pone en peligro la integridad del gobierno estadounidense y la capacidad de las autoridades locales para mantener el orden, informó Newsweek citando documentos obtenidos y declaraciones de fuentes militares anónimas. Según los medios de comunicación, en el peor de los casos, el ejército de los Estados Unidos podría comenzar a administrar el país.
Explica la edición en inglés que dentro de los círculos militares, la opinión está dividida sobre si las fuerzas federales deberían abrirse paso para hacer más. Los gobernadores estatales y sus respectivas unidades de la Guardia Nacional, no el gobierno federal y los militares en servicio activo, son los principales responsables de manejar las emergencias domésticas: esa es la ley y también es de sentido común, ya que los funcionarios locales siempre están más cerca de una crisis y generalmente están más familiarizados con las personas afectadas.
Y explica: la misión de disturbios civiles requiere una mano hábil que los hombres y mujeres que han estado en la batalla podrían no tener, y algunos cuestionan si los soldados están entrenados o son apropiados. El plan de contingencia del Pentágono para lidiar con disturbios civiles tampoco anticipa ningún escenario como el coronavirus, donde el despliegue generalizado pondría más responsabilidad en manos de los comandantes de bajo nivel en la escena. Allí, dicen los expertos militares, las políticas que rigen cuándo las tropas federales pueden intervenir y cuándo pueden usar la fuerza están sesgadas hacia acciones más apropiadas para un campo de batalla extranjero.
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