Redacción.- Académicos de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) desarrollaron “un índice de vulnerabilidad en México ante la COVID-19, el cual integra los principales aspectos demográficos, socioeconómicos y de salud de la población, a nivel municipal” el cual señala, entre otras cosas, que los municipios más vulnerables se encuentran en Oaxaca, Guerrero, Chiapas, la Huasteca Veracruzana y Poblana, así como en el sur de Durango, la Sierra Tarahumara y Yucatán. Según se explica el índice está conformado por variables como la infraestructura instalada de salud y el personal médico disponible, de manera que aquellos municipios que dispongan en menor grado de tales recursos, serán más vulnerables. Otros rubros que complementan esta dimensión son el total de camas hospitalarias de cuidados intensivos, y los principales factores de morbilidades asociadas a complicaciones de COVID-19 (diabetes, hipertensión, sobrepeso y enfermedades respiratorias).
Es un mapa que indica donde podríamos tener mayores afectaciones económicas aunque no llegué allí el coronavirus, explicaron. E insisten que la mayor vulnerabilidad se concentra por ello en los municipios más marginados del país, en Oaxaca, Guerrero y Chiapas, donde el acceso a servicios de salud es limitado, en la Huasteca Veracruzana y Poblana, así como en el sur de Durango, Sierra Tarahumara y en Yucatán.
El trabajo sugiere que, aunque toda la población es susceptible al contagio, existen grupos sociales más vulnerables que otros. Con esto en mente, dicho índice considera tres dimensiones de vulnerabilidad: demográfica, de salud y socioeconómica.
La dimensión demográfica integra características de la población municipal que pueden ser factores que aumentan la vulnerabilidad, tales como el porcentaje de población mayor a 60 años. En este rubro también se considera el porcentaje de población indígena, pues estos grupos podrían tener mayor grado de vulnerabilidad por motivos de discriminación en la prestación de servicios de salud, o debido a una menor capacidad de comunicación con personal médico que no hable lengua indígena.