Redacción / Didier Madera.- En Yucatán, durante 2019, se disparó el número de personas que se envenenaron así como de los que utilizaron un arma de fuego como método para el suicidio, reveló la Secretaría de Salud de Yucatán (SSY).
Asimismo, en esa ocasión se registraron casos de personas que se quitaron la vida con la ingesta masiva de medicamentos, otro optó por una sustancia no identificada, y uno más por sobredosis.
De acuerdo con la información obtenida a través del Instituto Estatal de Acceso a la Información Pública (Inaip), 2019 se convirtió en el año con la mayor incidencia de suicidios, con 244 casos.
Asimismo, es el quinto año con mayor incidencia de suicidios, superando los 200 casos confirmados, con base a la información proporcionada por la Fiscalía General del Estado (FGE) y la SSY.
En ese año, en Yucatán fueron al menos 244 las personas que se quitaron la vida, cifra que es 3,8 por ciento superior a la registrada en 2018, cuya suma fue de 235.
De 1994 a la fecha, son cinco los años cuya incidencia fue superior a 200 los casos confirmados acumulados de personas que atentaron contra su vida, las cifras más altas en tres décadas.
Hasta el momento, 2019 es el año con la cifra récord de suicidios, con 244 casos, seguido de 2018, con 235, así como 2016, con 224 casos; en 2009 fueron 219, mientras que en 2010 fueron 209.
Del total de personas que han optado por salir por la puerta falsa, distribuidos en 57 municipios, y la mayoría ocurrió en Mérida y los municipios conurbados.
De acuerdo con la estadística proporcionada, en promedio, entre un suicidio y otro hay una diferencia de un día con 11 horas y 54.1 minutos.
Tan sólo en Mérida, ya son 94 las personas que decidieron poner fin a su existencia, el 65.3 por ciento, seguido de Kanasín, con 21 casos, el 14.6 por ciento; 12 en Umán, el 8.3 por ciento y nueve occisos en Tizimín y Valladolid, el 6.25 porcentual, respectivamente.
Tan sólo en estos cinco municipios se registró el 59.4 por ciento del total de suicidios registrados de enero a diciembre del año pasado.
Asimismo, en Halachó fueron cinco las personas ofrendaron su vida a Xtab, diosa maya del suicidio; cuatro en Oxkutzcab, Progreso y Tekax, respectivamente, y con tres casos está Baca, Celestún, Dzilam González, Hunucmá, Motul, Panabá, Tixpehual y Yaxcabá.
Mientras que con dos casos está Acanceh, Akil, Cansahcab, Cuncunul, Chemax, Conkal, Izamal, Ixil, Kinchil, Maxcanú, Peto, Sacalum, Sotuta, Temozón, Ticul, Tinum y Tzucacab.
Mientras que el resto se distribuye en Cenotillo, Chapab, Chichimilá, Chicxulub Pueblo, Cuzamá, Dzidzantún, Espita, Kantunil, Mama, Maní, Muna, Río Lagartos, San Felipe, Seyé, Tekal, Tekantó, Temax, Tepakán, Tetiz, Teya, Tixkokob, Tixméhuac, Tunkás, y uno sin determinar la población.
En cuanto al género, del total de individuos que optaron por la cultura del autodaño, 198 son hombres, el 81.1 por ciento, y 46 mujeres, el 18.9 porcentual.
El ahorcamiento permanece cono el método más recurrente en Yucatán, el cual fue practicado por 221 personas, el 90.6 por ciento.
Asimismo, en segundo lugar quedó el envenenamiento, con 16 casos, el 6.6 por ciento, cuyos finados ingirieron herbicida o insecticida, principalmente.
De igual forma, cuatro utilizaron un arma de fuego, el 1.6 porcentual, además que una persona se quitó la vida con la ingesta de medicamentos, uno fue por una sobredosis, y el restante, por la “ingesta de sustancias indeterminadas”.