Como parte de la crisis incendiaria y creciente que rodea el asesinato del general iraní Qassem Soleimani ahora se saben los auténticos motivos por los que el comandante iraní estaba realmente en Bagdad cuando fue blanco de un ataque con misiles estadounidenses. Kim Segupta dice en una columna publicada en el diario británico The Independent que el general iraní había viajado a Bagdad atraído por el mismo primer ministro iraquí a quien el presidente estadounidense, Donald Trump, había pedido mediar entre sauditas e iraníes.
Es decir, Trump le tendió una trampa al general iraní utilizando al primer ministro iraquí. Mientras hablaba con primer ministro iraquí pidiendo mediación para la paz, los generales del Pentágono planeaban el ataque contra la figura principal de Irán en la guerra siria y regional contra el criminal Estado Islámico, y estratega de primer nivel en la expansión militar y diplomática de Teherán en la región.
Explica Segupta que el primer ministro iraquí Adil Abdul-Mahdi reveló que se reuniría con el comandante iraní para discutir las medidas que se están tomando para mediar en la confrontación entre el chiíta Irán y la Arabia Saudita sunita, el punto crucial de tanta guerra en el Medio Oriente y más allá. Es decir, se estaba trabajando en un proyecto de paz que podría haber cambiado los juegos en la región y aplanar el camino al desarrollo que no quieren algunos en Medio Oriente, empeñados en destruir y someter a sus pueblos. El primero que podría estar en contra de algo así es el halcón Benjamín Netanyahu y quien tiene una indiscutible influencia sobre Donald Trump quien busca reelegirse.
El primer ministro iraquí, Adil Abdul-Mahdi, fue bastante claro dice el columnista del Independent: “Se suponía que debía encontrarme con general Sulaimani en la mañana del día en que lo mataron (los estadounidenses); vino a entregar un mensaje de Irán en respuesta al mensaje que habíamos enviado de los sauditas a Irán”.
El primer ministro también reveló que Donald Trump lo había llamado para pedirle que medie después del ataque a la embajada de Estados Unidos en Bagdad. Según los funcionarios iraquíes, se estableció contacto con varias milicias y con figuras en Teherán. Se levantó el sitio de la embajada y el presidente de los Estados Unidos agradeció personalmente a Abdul-Mahdi por su ayuda, puntualiza Segupta.
Esto explicaría lo que resultaba sorprendente: la confianza del general iraní en sus movimientos en la capital iraquí, porque como dice Segupta no había nada que sugiriera a los iraquíes que no era seguro para Soleimani viajar a Bagdad, sino todo lo contrario.
Es decir, esto sugiere que Trump ayudó a atraer al comandante iraní a un lugar donde podría ser asesinado, afirma Segupta quien en un intento por intentar comprender el acto de traición estadounidense, dice que es posible que el presidente Trump no supiera el papel crucial que Soleimani estaba jugando en el intento de acercamiento con los sauditas. O que él sabía pero no le importaba.
Y esto último, es lo más factible. Incluso se puede decir que no le interesa a un presidente que pone tanto énfasis en las exportaciones de armas estadounidenses, y cuyo primer viaje oficial después de llegar al cargo fue un viaje de venta récord de armas a Arabia Saudita, durante el cual criticó a Irán.
Pero eso sería un pensamiento demasiado cínico. Pero muy real, sobre todo teniendo en cuenta que en el camino a la reelección Trump necesita el apoyo de cierto sector judío sobre el que tiene influencia Benjamín Netanyahu, quien desde hace años exige ataques militares contra el régimen iraní y el fin del acuerdo nuclear firmado por el ex presidente Barack Obama con Teherán y que el presidente Trump rompió.
Segupta añade detalles importantes sobre los acontecimientos tras bambalinas de las negociaciones en Irán y Arabia Saudita para disminuir las tensiones.
La existencia de las conversaciones entre los sauditas e iraníes y, lo que es más importante, la amenaza de violencia inminente, es demostrada por la reacción de Riad ante el asesinato, la que ha sido marcadamente silenciada.
El príncipe heredero Mohammed bin Salman, que no es ajeno al ruido de sables, ha enviado a su hermano menor, el viceministro de Defensa, Khalid bin Salman, a Washington para instar a la moderación.
El riesgo muy real de que la región se convierta en un escenario de conflicto ha llevado a una rara cooperación en el enfrentamiento entre el bloque del Golfo liderado por Arabia Saudita y Qatar, cuyo ministro de Asuntos Exteriores fue enviado a Teherán con un llamado similar a la calma.
Pero será difícil ahora detener la maquinaria de guerra. Al menos eso parece.