Redacción / Didier Madera.- Actualmente, en los penales de Yucatán, cerca del ocho por ciento de los internos tienen algún trastorno psicótico, afirmó el investigador de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Paulino Dzib Aguilar, al establecer que “no necesitas estar loco para cometer un delito”.
Remarcó que una persona interna no necesariamente tiene que tener un problema de salud mental, como comúnmente se dice, como para cometer algún delito.
Afirmó que muchos de los individuos que cometieron crímenes, como homicidio, violación u otros delitos tuvieron una falta de control de impulsos, de empatía, etc, pero no trastorno.
“Los trastornos son dimensionales, es decir, que pueden ser de menor o mayor magnitud”, expresó al remarcar que tal fenómeno se observa en el Centro de Reinserción Social (Cereso), tanto en el de Mérida como en el de Tekax y Valladolid.
El director de la Clínica de Justicia Terapéutica de Yucatán (Clijutey) mencionó que un trastorno mental otras comorbilidades y así se pueden conjugar en un individuo diferentes factores.
Ejemplificó el caso de una persona con un trastorno psicótico, pero se vuelve un problema mayor cuando consume alguna droga y no hubo control, por lo que sumando los demás factores, viene una crisis.
Dzib Aguilar reconoció que actualmente se piensa que un delincuente consume drogas o tiene un trastorno psiquiátrico, es decir, prevalece un estigma.
Resaltó la necesidad de romper con el mito que impera en la sociedad yucateca, de que “estar loco es igual a ser un delincuente”.
Comentó que las drogas o algún trastorno mental pueden estar relacionados al momento de cometer algún delito, por lo general existen otros factores genéticos y medioambientales que detonan en una persona que genere un crimen.
El especialista de la UADY abundó que las drogas pueden funcionar como un detonante, pero aún así no son el factor determinante, porque hay mucho más como es la genética, entre otros.
“Las drogas generan ciertas conductas criminales, siempre y cuando encuentren factores predisponentes o genéticos, por ejemplo, a los que ya tienen un daño cerebral, con muy poca droga los puede afectar de sobremanera, pero no a todos lacera por igual”, ahondó.
Cuando se comete algún delito bajo el influjo de las drogas, de acuerdo con el Código Penal, no es una atenuante, sino más bien una agravante.