Redacción.- Guayaquil, Ecuador, se ha convertido en una morgue al aire libre. Las personas mueren por el coronavirus en automóviles, en sus casas o incluso en las calles. Las funerarias están saturadas y ante la desesperación, mucha gente opta por quemar los cuerpos en plena calle o dejarlos a la intemperie por no poderlos tener dentro casa por el olor a putrefacción.
La segunda ciudad de Ecuador es una de las más afectadas del mundo por el COVID-19 si se tiene en cuenta su población total. Las familias no pueden ni enterrar a sus muertos y los mantienen durante días en casa.
“Hemos venido a trabajar y no hay material. No hay la mascarilla N°95 que es lo principal y nos estamos exponiendo. Aquí ni siquiera hay jefe de enfermera. Nadie”, dice una enfermera.
La provincia del Guayas, donde se encuentra Guayaquil, hasta el 1 de abril había reportado -según datos oficiales- más víctimas del covid-19 que naciones latinoamericanas enteras: 60 muertos y 1.937 infectados (1.301, solo en la capital de la provincia). Pero esta cifra no incluye toda la gente que ha muerto sin que se le haga el test para comprobar la presencia del virus.
Tras dos semanas de toque de queda y de suspensión de la jornada laboral, extendidas hasta el 5 de abril, Guayaquil es el ejemplo que revela la desesperación de la población por los fallecimientos de sus seres queridos y la incapacidad de las autoridades para actuar a tiempo.
“En circunstancias normales tenemos 6.000 defunciones mensuales en el país. En Guayaquil, en enero, tuvimos 828 defunciones. En estos momentos tenemos la misma cantidad de fallecimientos, pero agravada por las circunstancias” .
La alcaldesa de esa ciudad, Cynthia Viteri, reclamó al presidente Lenín Moreno por la demora en recoger los cadáveres. El gobierno nacional reconoció un “colapso”, pero desmintió que vayan a crear fosas comunes para enterrar los cuerpos de personas que hayan muerto tanto por coronavirus como por otras patologías.
Sancionan a enfermeras y camilleros del Hospital Teodoro Maldonado Carbo de Guayaquil, por denunciar la acumulación de fallecidos por coronavirus en las áreas y pasillos de ese hospital. Es decir que aparte de que ellos arriesgan su vida ahora son sancionados.