Redacción.- El flamante consejero yucateco del INE, Uuc-kib Espadas, luego de que durante una transmisión para el portal Aristegui Noticias, se refirió a “los consejos distritales locales” como “verdaderamente una merienda de negros, perdón, una merienda de afromexicanos”, envió a través del correo institucional Instituto Nacional Electoral (INE) una declaración en la que asegura que eso “no fue lo que dije”. Además, afirmó en su “aclaración” que se trató de “una ironía” y que “no pienso declarar más nada sobre este asunto que, finalmente, no es sino una discusión tangencial”.
Sin embargo, ayer no se hicieron esperar las críticas para el ex diputado federal por el PRD, por lo que varios de usuarios le pidieron que se disculpara por usar este término que busca desecharse por tener connotaciones racistas.
“Y el tipo corrige la frase reemplazando negros por afromexicanos, creyendo que le quita el tono racista. La frase es despectiva en sí misma, hace alusión a que esas personas tienen malas costumbres y hábitos desordenados”, fue uno de los comentarios.
Éste es el comunicado enviado a nuestra redacción:
El día de ayer, entrevistado por Carmen Aristegui, me referí al desorden de los comités electorales distritales locales de Yucatán en 1981 como “una merienda de negros, perdón de afromexicanos”. Se trató de una ironía, cierto que innecesaria dado el tema discutido, para expresar mi oposición al impreciso y falsamente generalizador vocablo “afromexicano”, a cuya institucionalización me opongo.
Algunas personas vieron en mi comentario una expresión racista directa que pretendía fortalecer el prejuicio de que una cena de negros es un fenómeno de desmedido desorden, y por tanto sus participantes despreciables. No fue lo que dije, desde luego no tengo esa concepción, y me parece que una lectura atenta de mi dicho lo revela más o menos claramente.
No puedo sino oponer al calificativo de racista que se me ha enderezado, mis hechos. Porto un nombre maya que, desde mi infancia, me ha significado desprecio y comentarios racistas y religiosamente discriminatorios de todo tipo, que me permiten entender por experiencia propia la brutalidad de los prejuicios. En mi vida cotidiana y, especialmente, en mi vida política, he trabajado militantemente contra la discriminación y especialmente contra el racismo.
No puedo siendo honesto con la sociedad a la que sirvo y conmigo mismo pedir disculpas por ofensas que yo no proferí y por concepciones prejuiciosas y discriminatorias que no son mías. Opto, sí, por dar una explicación de mis dichos a quienes quieran escucharla sin descalificaciones previas. Por lo demás, no pienso declarar más nada sobre este asunto que, finalmente, no es sino una discusión tangencial tanto a los temas tratados en la entrevista en cuestión como a las tareas públicas en que desempeño.