Redacción / Foto vía vídeo; policías federales en Portland.- La economía de Estados Unidos registró una contracción histórica en el segundo trimestre por los efectos devastadores de la pandemia en el consumo y en las empresas, con magras expectativas en un momento en que el virus avanza sin control. La recesión golpea a la potencia global, pero también a la locomotora europea: Alemania. En éste contexto, el presidente Donald Trump pidió cambiar la fecha de las elecciones programadas para noviembre con el argumento de que habrá fraude por tratarse de voto por correo. Así lo dijo en su cuenta de Twitter.
En 70 años, el país no había visto una contracción de su producto interno bruto de tal magnitud: 32.9 % anual. Es una consecuencia del coronavirus. El Departamento de Comercio informó que en el segundo trimestre la contracción fue de 32,9%, lo que marca el peor desempeño de la historia, desde que comenzaron los registros en 1947.
Estas cifras son más alentadoras, no obstante, que las previsiones de los analistas y que el Fondo Monetario Internacional (FMI), que coincidían en anticipar que la contracción alcanzaría un 35%.
Esta no es una recesión ordinaria. La combinación de la crisis de la salud pública y la económica no tiene precedentes, y los números no pueden transmitir completamente las dificultades que enfrentan millones de estadounidenses.
En el primer trimestre, el PIB de la segunda economía del mundo se contrajo 5 % por el efecto de las primeras medidas de confinamiento impuestas a mediados de marzo.
Comparado con el segundo trimestre de 2019, la caída es de 9,5 %, un desempeño comparable con las de los países europeos que también fueron golpeados con fuerza por la crisis sanitaria y económica.
Este es el golpe económico más duro que ha sufrido Estados Unidos en su historia moderna.