Redacción / Eduardo Lliteras Sentíes.- El ejército británico lleva a cabo prácticas militares, con munición real, en el territorio de Belice, en una región selvática cercana a la frontera con México y colindante con Guatemala, rica en biodiversidad y ruinas arqueológicas mayas. El entrenamiento incluye a fuerzas armadas de otros países, como Noruega, Estados Unidos y Holanda y forma parte de la estrategia militar del gobierno británico en la región, la que punta a expandir su presencia en dicho país y en Centro América.
Las fuerzas armadas británicas tienen a su disposición, para sus juegos de guerra, al menos 380 mil hectáreas, en las que detonan granadas, disparan morteros y rondas de artillería de 105 mm, mientras conducen vehículos blindados y abren fuego desde las “ametralladoras de helicópteros que vuelan a entre 100 y 200 pies”.
El gobierno británico lleva a cabo dichas maniobras militares en la ex colonia británica sin pagar, además, un quinto a dicho país sumido en la pobreza, y con total desprecio por sus recursos naturales y su patrimonio histórico.
Según la propaganda del Ministerio de Defensa Británico, Belice proporciona “un terreno desafiante y un ambiente austero, dando al ejército británico un ambiente de entrenamiento de clase mundial. Se utiliza para enseñar a nuestros soldados cómo sobrevivir, vivir y luchar en el entorno de la selva”.
Así lo revela un reportaje publicado en febrero del presente año y escrito por Phil Miller and Matt Kennard en el “Daily Maverick” con información de “Declassified UK”, medio especializado en el “nuevo periodismo de investigación sobre las políticas exteriores, militares y de inteligencia del Reino Unido” alrededor del mundo.
El reportaje, publicado en inglés, explica que el ejército de su majestad está utilizando una sexta parte de la masa terrestre total de Belice para el entrenamiento de guerra en la jungla después de obtener acceso a más de una docena de sitios en la antigua colonia del Reino Unido en América Central.
Asimismo, afirma que las tropas del Reino Unido están realizando ejercicios militares con fuego real en uno de los países con mayor biodiversidad del mundo, que contiene especies en “peligro crítico” y “sitios arqueológicos raros”.
También están autorizados a realizar ejercicios en al menos un área forestal protegida, señala el reportaje en referencia a la “Rio Bravo Conservation Area”.
Belice, explica Desclassified UK, no recibe ningún pago por albergar estas operaciones que involucran a miles de soldados británicos cada año.
“Una auditoría medioambiental llevada a cabo por el Ministerio de Defensa del Reino Unido (MOD) muestra que casi 380.000 de las 2,3 millones de hectáreas de Belice están ahora disponibles para el ejército británico para el entrenamiento de guerra en la jungla”.
El MOD admite que ese territorio beliceño a su disposición es “más grande que toda el área de tierra propiedad del MOD en el Reino Unido (240.000 ha) y es más grande que Wiltshire, el hogar del Área de Entrenamiento de Salisbury Plain”.
El ejército británico tiene una base permanente, además, en territorio beliceño por lo que publicó una auditoría en 2017 sólo en Belice sobre dichas prácticas militares. Pero la auditoría no aparece en su totalidad en ningún sitio web del gobierno del Reino Unido. Es decir, el tema se mantiene oculto para evitar escándalos.
Según explica el reportaje de Phil Miller and Matt Kennard la auditoría evalúa la huella ambiental de los ejercicios del ejército británico en Belice, midiendo el impacto de la detonación de granadas, disparos de morteros, de helicópteros artillados y rondas de artillería de 105 mm, así como el uso de vehículos blindados.
La misma auditoría reconoce que dicha destructiva actividad militar representa un riesgo para la naturaleza de Belice así como para los sitios históricos ubicados en el área.
Advierte que “todas las áreas de entrenamiento son ricas en arqueología, incluidas importantes ruinas y artefactos mayas” y que los monumentos mayas enfrentan un “efecto adverso directo” por el fuego real en la zona.
Los periodistas revelan que el MOD ha publicado solo un breve artículo sobre la auditoría, en una revista desconocida, que lleva el subtítulo irónico: “Considerando el medio ambiente”. Este artículo no menciona los disparos en vivo o el uso de explosivos y ametralladoras en Belice, señalan.
Dichos juegos de guerra con fuego real forma parte del acuerdo que rige la presencia militar británica, que se renovó en 2018 y la que tiene una duración de 15 años.
Sin embargo, como señalan Phil Miller and Matt Kennard, no menciona ningún pago británico al gobierno de Belice ni a los propietarios privados de las tierras.
El Ministerio de Defensa confirmó Desclassified UK que “como parte del tratado con las autoridades de Belice que rigen el funcionamiento de las fuerzas británicas, el gobierno británico no paga por la tierra que utiliza”.