Redacción / Didier Madera.- Desde temprana horas, representantes de diversas asociaciones civiles realizaron una manifestación en el Monumento de la Patria, en el marco del Día Internacional de la Mujer, donde denunciaron que durante la pandemia de COVID-19 y consiguiente encierro se registra un aumento notable en violencia a la salud sexual y reproductiva de las féminas.
La situación se complica en este proceso electoral, pues al menos en Yucatán prevalece la violencia política e institucional contra las mujeres, anomalías cometidas por las autoridades electorales y por los ´partidos políticos, quienes insisten en mantenerlas al margen de la paridad sustantiva, otorgando alcaldías poco competitivas y con baja población.
La manifestación inició minutos antes de las 9 horas, cuando un grupo de 13 mujeres, representantes de diversos organismos no gubernamentales exhibieron pancartas y mantas, e incluso, una piñata alusiva a un coronavirus.
El evento duró 35 minutos y durante la protesta se efectuó una conferencia de prensa, en la cual Nancy Walker Olvera expresó que “las mujeres aquí presentes manifestando los retos que enfrentamos en diferentes sectores de la sociedad”.
A pesar del avance obtenido en los últimos 30 años, “aún existen fuertes resistencias para transformar de fondo las condiciones de desigualdad que viven las mujeres en el país y en el Estado”.
Lamentó el rezago en los procesos que dan certidumbre jurídica a las mujeres y menores de edad.
“La falta de personal capacitado debido a una fuerte ola de despidos, reestructuraciones y falta de compromiso ciudadanos ha dejado una Fiscalía General del Estado (FGE) lenta e incapaz de cumplir con la protección de las mujeres de Mérida y de los municipios”, acotó.
Enfatizó que la violencia contra las mujeres no ha disminuido, sobre todo, durante la pandemia de Covid-19, cuya mayor problemática se registra en el interior del Estado, por lo que “es urgente tener resultados de prevención, atención y sanción que a la fecha no existen”.
Resaltó que Yucatán se ubica en los primeros lugares de violencia familiar y abuso sexual de niños y adolescentes.
Denunció que las mujeres y niñas con alguna capacidad limitada han perdido el acceso a los servicios de salud, dada las restricciones de movilidad y el temor de acudir a los centros de salud.
Asimismo, frente a la pandemia hay un aumento en el abandono de mujeres senescentes o bien, hay mujeres atrapadas en situaciones de violencia dentro de sus casas, con pocas o nulas oportunidades de acceder a la justicia.
Advirtió que esta situación aumenta la posibilidad de ser acosadas y/o abusadas sexualmente dado el contexto de inseguridad económica y las limitaciones laborales que con los meses se hacen más profundas.
Por su parte, la académica de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Ligia Vera Gamboa, expresó que durante la pandemia se realizó un aumento de horas en el trabajo laboral y doméstico de mujeres con fuertes consecuencias en la salud mental.
Enfatizó que con el incremento del estrés y el deterioro de la salud mental, durante 2020 se registraron 26 suicidios de mujeres, por lo que exigió a las autoridades “la activación de los protocolos correspondientes para que cada suicidio sea investigado hasta descartar feminicidio”.
En relación a la salud sexual y reproductiva de las mujeres, la pandemia ha mostrado diversos impactos, tal el caso del desabasto de métodos de planificación familiar y atención a las usuarias, y en consecuencia hay un aumento exponencial de embarazos no planeados.
Asimismo, hay un incremento de la violencia obstétrica, ya que al llegar a los centros de atención son enviadas nuevamente a sus casas y les indican que acudan cuando estén a punto de dar a luz.
También hay un aumento exponencial de la violencia hacia las niñas, adolescentes y mujeres en tiempos de pandemia, incluyendo las tentativas de feminicidio.
Además del alza en las violaciones, registrando nueve casos semanales sin atención oportuna, y lo peor de todo, la Clínica de Violencia, encargada de la problemática, carece de personal suficiente y con el que cuentan, no está sensibilizado y no tiene perspectiva de género necesario para la encomienda.
Incluso hay una disminución de diagnóstico preventivo y tratamiento de cáncer y otras enfermedades crónico-degenerativas en las mujeres.
De igual forma, la especialista de la UADY, Gina Villagómez Valdez, reprobó la falta de aplicación de la justicia con perspectiva de género, pues los jueces y magistrados no están preparados en este rubro.
Por ende, en el Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE) no hay una verdadera aplicación de la justicia.