Eduardo Lliteras Sentíes.- Habitantes de Dzununcán, población de Mérida, exigieron “¡justicia!” luego de 10 días de indiferencia del Frente Único de Trabajadores del Volante (FUTV) y del delegado de la ruta de dicho sindicato que da servicio a esta población de Mérida, debido a que no han recibido ni un peso del seguro o indemnización tras la muerte de 8 personas en el brutal choque entre un tráiler y una combi el 30 de julio pasado en el periférico de la capital yucateca. Armados de cartulinas en las que se leía “que dé la cara el delegado de la ruta Dzununcán, el señor Alejandro Peraza”, “señor gobernador Mauricio Vila el pueblo exige justicia y que usted tome cartas sobre el asunto” o “pueblo unido jamás será vencido”, impidieron el ingreso de autos y camiones a la comisaría de Dzununcán desesperados por la falta de apoyo económico por parte de los responsables del FUTV.
Familiares hartos de no recibir ni siquiera explicaciones del representante o delegado de la ruta Dzununcán-Centro de Mérida cerraron el acceso a esta población apoyados por centenares habitantes, impidiendo el ingreso o la salida de vehículos desde la cinco de la tarde hasta entrada la noche del miércoles.
Aproximadamente a las cinco de la tarde colocaron piedras y palos en el paso peatonal en la entrada de Dzununcán y retuvieron el primer vehículo del FUTV.
Con el pasar de las horas retuvieron otros 3 vehículos y se negaron a liberar el acceso reiterando su exigencia de que el delegado acudiera a comprometerse a pagarles por los gastos funerarios, de hospitalización y la indemnización que les corresponde.
Indignados señalaron que hay siete personas aún hospitalizadas que requieren costosos cuidados médicos por lo que es necesario que el delegado de la ruta a Dzununcán acuda al hospital para dar garantías de que se pagarán los gastos hospitalarios.
Asimismo, familiares de una de las vecinas fallecidas en el brutal accidente dijo que sus nietas están sin su madre, huérfanas y sin ningún apoyo económico.
Armados de valor y de enojo, los hombres del pueblo fueron capturando uno a uno los vehículos del FUTV que llegaban a la comisaría y estacionándolos en la entrada, entre el caos que generó el cierre de la entrada a Dzununcán, mientras algunos vehículos maniobraban para regresar por donde vinieron.
El caos se apoderó de la carretera, con vehículos pesados y autos particulares estacionados mientras otros maniobraban para dar la vuelta y regresarse.
Asimismo, la policía estatal hizo acto de presencia e intentaron negociar la apertura de la población, pero los habitantes reiteraron que no se moverían hasta que acudiera el delegado de la ruta de transporte, lo que no sucedió, por lo que ya entrada la noche se llevaron los vehículos a la comisaría donde permanecen estacionados.