Redacción / Didier Madera.- Actualmente, el octogenario Juan Bautista Moo Tec está a punto de perder su casa y terreno debido a la ambición de dos de sus hijas, Elsy María y Silvia Moo Moo, así como del esposo de la primera, Gaspar Rodríguez Preciado, quienes aprovechando que apenas sabe escribir su nombre le hizo firmar un pagaré de mil 200 pesos, documento que alteró al poner la cantidad de 112 mil pesos.
Por el momento, el afectado ya perdió en lo mercantil, por lo que su casa, ubicada en la calle 74 número 812 entre 129 y 131 de la colonia San Antonio Xluch 1, ya fue embargada pero sigue el proceso penal en su contra, donde espera ganar el caso, debido a las anomalías que prevalecen.
Para defenderse de sus dos hijas y de su yerno, interpuso una denuncia penal ante el Ministerio Público, por los delitos de amenaza, injurias y robo, por lo que espera una pronta solución para lo que resta del año.
En conferencia de prensa, el hermano del afectado, Eusebio Moo Tec, reprobó tal anomalía que realizan sus sobrinas, la cual data de 2015, situación que recientemente se complicó, pues el proceso ya lleva seis años.
Comentó que el afectado, de 82 años de edad, ha perdido el oído y la vista, además que casi no sabe leer ni escribir, pues apenas puede plasmar su nombre.
Narró que su hija, Elsy María, le pidió un cuarto para vivir, ya que vástago estudiará cerca, y a cambio, mensualmente le daría 500 pesos, por lo que al vencer el primer período le entregó el respectivo dinero, pero a partir del segundo no volvió a aportar el importe acordado.
Posteriormente, el octogenario se enfermó, por lo que su yerno, Gaspar Rodríguez Preciado, le prestó mil 200, para que pagara su consulta y medicamentos, pero a cambio, en compañía de Elsy María Moo lo convencieron a que firmara un pagaré.
Sin embargo, el matrimonio abusó de la confianza del senescente, por lo que alteraron el documento firmado, en el cual se establece que se le pagó 112 mil pesos, por concepto de la casa.
Tras interponer una denuncia mercantil y una penal, el yerno lo amenazó para que saliera de la casa, y días después, arribó una supuesta abogada, de nombre Mónica Gómez Preciado, quien obligarlo a que firmara tres hojas en blanco, pero como se negó, lo sacaron de manera definitiva de su casa.
Para el colmo, su hija Silvia Moo Moo lo demandó penalmente y pide la mitad del terreno ubicado en dicha colonia de Mérida, bajo el argumento que era propiedad de su madre, quien falleció, pues estaban casado por bienes separados.
El octogenario procreó ocho vástagos y actualmente vive encomendado con su hija Guadalupe Moo Moo, en tanto se resuelve su situación jurídica, al menos para lo que resta del año.