Redacción.- En el marco del “Día Mundial de la Sanidad Vegetal”, celebrado este jueves por primera vez desde su aprobación por la FAO en marzo pasado, la asociación civil PROCCyT (Protección de Cultivos, Ciencia y Tecnología) lanza su campaña “Diga NO a los plaguicidas ilegales”, con el objetivo de erradicar esta mala práctica que afecta a la industria, a los consumidores y a las familias productoras que viven del campo.
En la presentación de la campaña, Cristian García de Paz, Director Ejecutivo de PROCCyT, mencionó que “quienes trabajamos para transformar la industria agroalimentaria hacemos un llamado a las autoridades para enfrentar cuanto antes el comercio ilegal de plaguicidas, así como la fabricación apócrifa de sustancias que dañan al campo mexicano, a los consumidores y a las familias productoras que viven gracias a la agricultura”.
En términos de las ventas a nivel distribuidor, 15 por ciento del sector ilegal detectado por la industria privada equivaldría aproximadamente a un total de 210 millones de dólares.
Actualmente existen siete productos en México que concentran el 54 por ciento de las alertas por contaminación química por el uso de plaguicidas ilegales: nopal, chile jalapeño, cilantro, tuna, chile serrano, papaya y ejote.
Tan sólo en 2020, el 13 por ciento de los productos utilizados para actividades agrícolas no tenían registro, de acuerdo con la medición que hace Campo Limpio AMOCALI A.C. sobre la recolección de envases vacíos.
De acuerdo al análisis que hace la FDA (Food and Drug Administration) de la industria exportadora de México a EEUU, los 5 estados de la República Mexicana en los que se reportan mayores alertas y podría estar involucrado el comercio ilegal son: Puebla (18.6%), Baja California (14.2%), Chihuahua (10%), Sinaloa (6.3%), Nuevo León (5%).
Hoy en día, nuestra salud como la salud de nuestro planeta depende de las plantas y las buenas prácticas agrícolas. Las plantas constituyen el 80% de los alimentos que comemos, pese a lo cual están amenazadas por acciones como el comercio ilegal. Éste afecta tanto a la seguridad alimentaria como a la agricultura, que es la principal fuente de ingresos para las comunidades rurales vulnerables.
La campaña estará centrada en concientizar a productores, técnicos y distribuidores, mediante cursos gratuitos presenciales y virtuales, sobre el impacto negativo del comercio ilegal, las consecuencias a la industria, medio ambiente, la salud de las personas y en la calidad de los productos finales.
Finalmente, García de Paz concluyó que “es necesario resaltar los efectos nocivos que los plaguicidas ilegales tienen en el campo y la industria, ya que lo barato sale caro”. Los productos pirata pueden ser entre 20 y 40% de menor precio respecto a los legales; y los robados tienen un precio 50% más barato (se venden en mercados sobre ruedas, redes sociales, plataformas de comercio en línea y venta directa a productores).