Redacción.- “Somalia se ve afectada por un ciclo errático de inundaciones, sequías, conflictos y brotes de enfermedades que hacen mella en la población. La gente apenas ha tenido tiempo para recuperarse de una crisis cuando ya comienza a sufrir la siguiente. Muchas personas ya no disponen de medios de subsistencia por haber perdido sus cosechas y ganado, por lo que la capacidad de la gente para evitar el hambre se ha debilitado. Hay pocas opciones para que las personas se puedan mantener a sí mismas o a sus familias en sus lugares de origen. Muchos más describen un estado de desesperación: no saben de dónde van a sacar lo que necesitan para sobrevivir y dependen de la ayuda que puedan recibir”, dice la ong Médicos Sin Fronteras.
Médicos Sin Fronteras explica que a medida que se acerca lo que se prevé que será la quinta temporada de lluvias fallida consecutiva en Somalia, nuestros equipos médicos han ido aumentando la cobertura de nuestros programas de nutrición para hacer frente al importante aumento de niños y niñas con desnutrición aguda en la ciudad de Baidoa, en el estado del suroeste. La zona se ha visto gravemente afectada por una sequía implacable, la peor en los últimos 40 años, en medio de un conflicto que ya lleva décadas, una inseguridad continua y una respuesta humanitaria inadecuada.
Dice también que la desnutrición infantil que nuestros equipos observan también se ha visto agravada por enfermedades infecciosas mortales como el sarampión. Los índices de esta enfermedad están aumentando drásticamente debido a que la gente se refugia en condiciones de hacinamiento. En cientos de refugios improvisados y emplazamientos repartidos por toda la ciudad, los deficientes servicios de agua y saneamiento contribuyen a la propagación de enfermedades transmitidas por el agua, como el cólera. Los brotes, a su vez, aumentan el riesgo de desnutrición.
Somalia se ve afectada por un ciclo errático de inundaciones, sequías, conflictos y brotes de enfermedades que hacen mella en la población. La gente apenas ha tenido tiempo para recuperarse de una crisis cuando ya comienza a sufrir la siguiente. Muchas personas ya no disponen de medios de subsistencia por haber perdido sus cosechas y ganado, por lo que la capacidad de la gente para evitar el hambre se ha debilitado. Hay pocas opciones para que las personas se puedan mantener a sí mismas o a sus familias en sus lugares de origen. Muchos más describen un estado de desesperación: no saben de dónde van a sacar lo que necesitan para sobrevivir y dependen de la ayuda que puedan recibir, añade la reconocida ong internacional.