En una rueda de prensa, dos ex monjas dieron a conocer los abusos sexuales cometidos por el ahora ex sacerdote jesuita, Marko Ivan Rupnik, teólogo esloveno, padre espiritual, artista muy célebre en el Vaticano y hasta hace poco un importante exponente de los jesuitas, pidiendo a la Santa Sede “verdad y justicia”. Las mujeres que acusan a Rupnik son hasta el momento una veintena y en los últimos meses algunas de ellas ya habían contado su historia a los periódicos, bajo seudónimo. Ahora, por primera vez, dos lo hacen públicamente mostrando sus rostros en una conferencia de prensa realizada en la sede de la Federación Nacional de la Prensa Italiana en Roma en la que acusaron a Rupnik de realizar “orgías colectivas” con otras monjas y de pornografía.
Las dos mujeres, Gloria Branciani y Mirjam Kovac, son ex monjas de la Comunidad Loyola de Liubliana, Eslovenia, fundada a finales de los años 1980 y acusaron a Rupnik de abusos sexuales, espirituales, psicológicos, de conciencia y de poder.
Asimismo, afirmaron que los intentos de denuncia nunca habían tenido éxito, que nadie estaba dispuesto a escucharlas, que el jesuita estaba “siempre protegido por todos” y que cada acusación era “minimizada o negada”.
Las dos ex monjas, al final de la rueda de prensa, pidieron al Vaticano “verdad y justicia” y su abogada, Laura Sgrò, añadió que ambas acudirán a declarar ante el Dicasterio para la doctrina de la fe en Roma.
El llamado “caso Rupnik” se remonta a 2021. El Dicasterio para la Doctrina de la Fe había recibido una denuncia por abuso sexual y psicológico contra monjas de la comunidad de Loyola en Liubliana. Sin embargo, esa denuncia fue desestimada en octubre del año siguiente porque los hechos se remontaban a la década de 1980 y, por tanto, cualquier delito prescribía.
Las quejas contra Rupnik se fueron acumulando poco a poco hasta llegar a unas veinte. Mientras tanto, Rupnik había sido sometido a algunas restricciones, como la prohibición de confesar, y finalmente, en junio de 2023, fue “dado de baja”, es decir, expulsado de la Compañía de Jesús, la orden religiosa jesuita fundada en 1540 por San Ignacio de Loyola al que también pertenece el actual Papa.
EL VATICANO INFORMÓ:
El Vaticano informó que dos ex consagradas de la Comunidad de Loyola ofrecieron una rueda de prensa en Roma, en la sede de la Federación Nacional de la Prensa Italiana (FNSI).
Se trata de las mujeres Gloria Branciani y Mirjam Kovac, nacidas en Italia y Eslovenia, respectivamente. Acompañadas de su abogada, Laura Sgrò, la señora Branciani habló de los “abusos físicos, psicológicos y sexuales” que sufrió personalmente a manos del padre Rupnik cuando era joven. La señora Kovac contó a los periodistas sobre el “abuso espiritual y el abuso de conciencia” que sufrió y otros abusos de los que había tenido conocimiento, que fueron llevados a cabo por alguien que era considerado una figura de referencia en la comunidad religiosa.
Las dos ex monjas dijeron que esperan obtener ahora verdad y justicia, sin ninguna “venganza personal”. “Me he perdonado a mí misma y he perdonado a Rupnik”, afirmó Branciani, reiterando su esperanza de que “se reconozca la verdad y el mal sufrido”.
Asimismo, la Santa Sede dio a conocer que el Dicasterio Vaticano para la Doctrina de la Fe (DDF) se ha puesto en contacto con varias instituciones durante los últimos meses para obtener documentación relacionada con el padre Marko Rupnik, ex jesuita y artista nacido en Eslovenia.
La Oficina de Prensa de la Santa Sede confirmó el miércoles que la investigación del DDF se ha ampliado a otras realidades eclesiales con las que hasta ahora no había habido ningún contacto. La Oficina de Prensa dijo que continúa la investigación sobre las acusaciones contra Rupnik, acusado de haber infligido abusos psicológicos y sexuales a varias mujeres consagradas adultas.
También informó que fue despedido de la Compañía de Jesús en junio de 2023. El 27 de octubre, el Papa Francisco encomendó al Dicasterio para la Doctrina de la Fe la tarea de examinar el caso, tras decidir “renunciar a la prescripción para permitir el desarrollo del proceso”.
El Vaticano explicó que la decisión se tomó después de que la Comisión Pontificia para la Protección de Menores enviara en septiembre al Papa algunos informes que había recibido sobre “graves problemas” en la gestión del caso Rupnik y “la falta de cercanía con las víctimas”.
En un comunicado difundido el miércoles, la Oficina de Prensa de la Santa Sede afirma: “En los últimos meses, tras la responsabilidad recibida del Papa a finales de octubre, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe se puso en contacto con las instituciones implicadas a diferentes niveles en el caso. para recibir toda la información disponible relacionada con el caso.”
Es un caso que merece transparencia. Se lo merecen las víctimas, se lo merecen los jesuitas, en mi opinión, y todas aquellas personas creyentes que van a rezar a las iglesias y se encuentran delante de un mosaico de Rupnik. dijo su abogada, Laura Sgró.
La Doctrina de la Fe, que se encarga de este proceso, está estudiando el caso y recopilando toda la información. Llamaron a declarar a ambas exreligiosas y estas esperan poder ir acompañadas de su abogada. Mientras tanto, están buscando otras vías judiciales.