Cartas a la Redacción.- Apreciable Gobierno del Estado de Yucatán, Dirección General de Universidades Tecnológicas y Politécnicas, Secretaría de Investigación, Innovación y Educación Superior de Yucatán, Secretaría de las Mujeres Yucatán, comunidad de la Universidad Politécnica de Yucatán y público en general:
Me presento, soy Enrique Lara y soy psicólogo y docente en la Universidad Politécnica de Yucatán (UPY) desde febrero de 2022. Con este mensaje no tengo intereses partidistas ni económicos, pero si quisiera cambios sistémicos en nuestra institución. Para ello me permitiré poner en evidencia algunas situaciones que sucedieron (y algunas siguen sucediendo) y que se necesita la intervención de ustedes como autoridades de manera URGENTE. No me puse de acuerdo con nadie, es solo que este miércoles 17 de julio pasó lo que considero que fue para mí la gota que derramó el vaso, al final les contaré qué fue.
Primero, el contexto:
La UPY se ha caracterizado por tener al violeta como su color insignia, así como por contar con el “Distintivo Violeta” por parte de la Secretaría de las Mujeres (SEMUJERES) otorgado por el Gobierno del Estado de Yucatán. Dicho distintivo busca realizar trabajo colaborativo con el sector empresarial, instituciones públicas e instituciones educativas para que se avalen como espacios seguros y se reconozca el esfuerzo institucional en favor de la igualdad entre mujeres y hombres y el empoderamiento de las mujeres. Yo diría que lo anterior era medianamente cierto en UPY cuando ingresé, pero ha dejado de serlo. ¿Por qué? Porque no es ético autoproclamarse “violeta” cuando la institución es liderada por un rector abiertamente misógino. Su nombre es Alfredo Ulibarri Benitez y asumió el cargo en octubre de 2022 después de un año como Secretario Académico. Es un secreto a voces en UPY que Ulibarri tiene un largo historial de acoso sexual y laboral al igual que de abuso de poder, siendo éstos un ciclo interminable de violencia de género, y muy a mi pensar debo confesar que también aporté a esta violencia.
Una de las primeras acciones emprendidas por Ulibarri como rector fue otorgar nombramientos como Profesores de Tiempo Completo (PTC) a coordinadores de carrera y al área conocida como PIFE (Programa Integral de Fortalecimiento Estudiantil). Cuando Ulibarri inició en su cargo, la entonces coordinadora de PIFE era una psicóloga que llevaba seis años en el puesto y que además era docente, orientadora psicopedagógica y responsable del Distintivo Violeta en UPY, entre otras encomiendas. Aún con todo lo que hacía, ella no tenía una base de tiempo completo, el PTC que mencioné previamente. Fue en diciembre de 2022 que Ulibarri me llamó a su oficina y me cuestionó el porqué yo no había aplicado para el PTC de PIFE. Le respondí que yo no sabía de la vacante y que, en todo caso, la actual coordinadora de PIFE debería ser la elegida para recibir la base. Él solo sonrió y me aseguró que ella “no tenía el perfil” y que si no lo tomaba yo se lo daría a alguien más. Me convenció y decidí creerle, apliqué para el proceso y fui seleccionado como PTC para coordinar el PIFE.
Una vez que “logró” colocarme, Ulibarri invitó a la psicóloga a continuar trabajando en la institución pero sólo como orientadora psicopedagógica y con algunas otras encomiendas, ahora siendo supervisada por un servidor. Ella pidió que se le apoyara con horarios flexibles al ser madre de familia, uno de los compromisos de la institución como Distintivo Violeta. La solicitud de la psicóloga fue rechazada directamente por Ulibarri y a ella no le quedó más que aceptarlo. En el siguiente cuatrimestre intentó nuevamente realizar la solicitud de horarios flexibles y Ulibarri la volvió a rechazar, además de que la limitó en sus funciones para que solo pudiese brindar orientación a estudiantes. Esta era la primera vez en seis años que se le prohibía brindar atención a personal docente y administrativo. ¿La razón? Probablemente, para impedir que las mujeres colaboradoras de UPY que habían sido víctimas de acoso laboral y sexual por parte de Ulibarri fuesen a contarle a la psicóloga lo que él les había hecho. Tanto ella como yo tuvimos nuestro punto de quiebre, ella renunció en agosto de 2023 para irse a otra institución y yo renuncié al PTC para quedarme sólo como profesor de asignatura en UPY. Fue entonces que Ulibarri “desapareció” el PTC de PIFE y contrató a dos nuevas psicólogas como orientadoras, además de que él decidió quién estaría a cargo del Distintivo Violeta.
Otra víctima fue la entonces jefa de control escolar, quien sufría acoso sexual por parte de Ulibarri desde que era secretario académico. Al volverse rector, Ulibarri comenzó a solicitarle favores para colegas políticos que deseaban el ingreso de sus hijos a la universidad; favores que mayormente se salían de la reglamentación. La entonces jefa de control escolar se negó en repetidas ocasiones, lo cual causó tensión en el ámbito laboral, llevándola a renunciar en septiembre de 2023. Fue entonces que Ulibarri colocó a una persona sin experiencia en ese mismo cargo, generando problemas administrativos que pusieron en evidencia su ineficiencia como rector y el desconocimiento de los procesos. Esto ha llevado a múltiples demandas por parte de los estudiantes hacia él y la universidad, mayormente por omisiones, falta de información, información errónea o falta de recursos.
Pero uno de los casos más preocupantes de 2023 (y hasta la fecha) es el de la entonces encargada de Recursos Humanos. Ella al igual que otras mujeres dentro de la institución, sufrió de acoso sexual por parte de él y hostigamiento laboral por parte de su superior inmediato por órdenes directas de Ulibarri. Ella estaba embarazada y cuando fue evidente debido al tamaño de su vientre, el rector la separó “temporalmente” de su puesto con la justificación de que pronto tomaría su licencia por maternidad y que alguien más entraría en su lugar. No se le dieron más explicaciones y entró una persona nueva sin ser capacitada, provocando retrasos y problemas con los pagos de la universidad. ¿Y por qué es de los casos más preocupantes?
1. En enero de 2024, durante la licencia de maternidad de esta colaboradora, Ulibarri despidió de forma injustificada al encargado de Tecnologías de la Información de la UPY, quien es la pareja sentimental de dicha colaboradora. Otro secreto a voces en UPY: al no poder afectar más a esta mujer, Ulibarri tomó represalias contra su pareja.
2. Esta colaboradora ya está de vuelta en UPY, pero no le permitieron regresar a su puesto original: ahora es “analista 2 de control escolar”. Por favor, vengan y sean testigos de sus condiciones laborales, la UPY no cuenta con un lactario (otro de los compromisos del Distintivo Violeta) y tiene que recurrir a espacios insalubres o poco higiénicos para extraer la leche materna.
3. Alfredo Ulibarri tiene acceso a las cámaras de vigilancia de todo el campus desde su escritorio y pasa su día monitoreando a las colaboradoras y alumnas, pero en especial a ella. Esta colaboradora es la ÚNICA persona en todo el campus que hasta el día de hoy se le tiene restringido el acceso a internet (sus dispositivos no pueden conectarse a la red) por indicación expresa de rectoría.
Otra de las colaboradoras afectadas directamente por Ulibarri es la actual coordinadora de calidad académica. Ella ingresó en septiembre de 2023 y con el paso de los meses el acoso se volvió evidente y constante, al grado de que en marzo de este año la rectoría “la cambió de lugar”. En lugar de ocupar el espacio que calidad académica siempre ha tenido, a esta colaboradora y al secretario académico los movieron al “laboratorio” Smartia sin justificación alguna, en un edificio alejado del edificio administrativo. El único motivo por el cual pudieron regresar a sus lugares originales fue que mostraron evidencia de que habían roedores en ese “laboratorio” y no era un lugar apto para trabajar. Esto también puso en evidencia el abandono en el que se tienen las instalaciones. Cabe destacar que esta colaboradora también es madre de familia, también solicitó horarios flexibles y también le han sido denegados por Ulibarri.
Han sido numerosas las docentes y colaboradoras que antes trabajaban en la universidad y que han compartido los abusos y el acoso que sufrieron por parte de Ulibarri. Muchas de ellas dejaron la universidad por miedo a represalias de su parte, al igual que más mujeres que actualmente trabajan aquí. El modo de operación es que siempre toma una actitud amistosa hacia las docentes y personal administrativo femenino con comentarios con connotación sexual o acercamientos como abrazos o tocamientos de manera inadecuada o sin consentimiento. Al notar su negativa ante estos actos, Ulibarri cambia su actitud y comienza a tener tratos negativos hacia ellas, lo que lleva a muchas a decidirse a renunciar.
También puede notarse el desinterés de Ulibarri hacia la comunidad estudiantil, negando apoyos básicos para proyectos estudiantiles y haciendo caso omiso a la gran cantidad de bajas de mujeres dentro de las ingenierías de la universidad. Aunado a ello, existen denuncias de acoso por parte de alumnas, provocando que algunas se vean obligadas a convivir con sus agresores en las instalaciones de la universidad sin tener medida de protección alguna. Un ejemplo cercano a mí es la ex presidenta del consejo estudiantil, un grupo al cual asesoro. Dicha ex presidenta realizó el proceso establecido por la institución para los casos de hostigamiento escolar y ese reporte fue llevado a rectoría, siendo Ulibarri quien directa y personalmente le prometió protección. Sin embargo, nunca le brindó los recursos ni cumplió su palabra al dejarla expuesta en más de una ocasión, provocando que renuncie a su cargo de representante estudiantil y teniendo que recurrir a atención psicológica por parte de SEMUJERES, conllevando que de este modo sea promovida la impunidad de las mismas acciones que se encuentran en los carteles del “acosómetro” pegados por todos lados de nuestra institución “con Distintivo Violeta”.
¿Y cuál fue la gota que derramó el vaso este miércoles 17? La rectoría me hizo el ofrecimiento de mi carga horaria, las horas de clase que un servidor estaría impartiendo en el cuatrimestre septiembre-diciembre. Realizar la carga horaria es una de las principales funciones de la coordinadora de ingenierías, quien, por cierto, está embarazada. Resulta que Ulibarri usurpó las funciones de la coordinadora y tomó las decisiones para asignar horas sin conocimiento de perfiles ni disponibilidad del cuerpo docente, esto se sabe porque estuvo llamando uno por uno a cada docente para “negociar” sus horas. En mi caso solo se me asignaron 12 horas frente a grupo, pero Ulibarri me ofreció también 10 horas de orientación psicopedagógica. Las acepté porque necesito el ingreso, pero no me quedé con la conciencia tranquila y fui a indagar más al “radio pasillo”. Ahí me enteré de tres detalles que son ahora el “nuevo” secreto a voces en UPY.
1. Ulibarri estuvo llamando a varios docentes la semana pasada para ofrecerles la coordinación de ingeniería robótica, un puesto ocupado actualmente por una mujer (y madre de familia) con excelentes evaluaciones como docente, administrativa e investigadora SNI. Como ningún docente lo aceptó, no le quedó más que “ofrecer” a esta profesional si “quería renunciar a su PTC”. Por supuesto, ella no aceptó.
2. Ulibarri ya está operando para suplir “temporalmente” a la coordinadora de ingenierías durante su licencia por embarazo. Está asignando para esta encomienda al nuevo coordinador de ingeniería en datos, a quien al parecer le ha prometido que tendrá el control de las cuatro ingenierías UPY. Básicamente, será el nuevo coordinador de ingenierías.
3. ¿De dónde salieron las 10 horas de orientación psicopedagógica que está “asignando” Ulibarri a un servidor? Curiosamente, la psicóloga que está a cargo del Distintivo Violeta UPY recibió este miércoles la noticia de que no le renovarán su contrato para el siguiente cuatrimestre septiembre-diciembre.
Francamente, estoy harto. No volveré a tomar el lugar que le corresponde a una mujer y sobre todo cuando está siendo despedida de forma injustificada. Reconozco que probablemente no me corresponde hacer lo que estoy haciendo ahora, por algo no indiqué sus nombres. A ellas genuinamente les pido una disculpa por tomarme este atrevimiento, pero sobre todo por no haber hecho más cuando pude hacerlo. Ya no puedo ni quiero pertenecer a una institución en la que los espacios no son seguros para las personas, en especial para las mujeres.
Lo digo con todas sus letras: Alfredo Ulibarri Benitez NO está capacitado ni cuenta con las habilidades básicas para llevar la batuta de esta o cualquier otra institución. Por lo que, por el bien de la comunidad estudiantil, docente y administrativa, me atrevo a alzar la voz y exigir la destitución INMEDIATA de Alfredo Ulibarri como rector, siendo ésta la única solución viable para que se pueda trabajar en un verdadero cambio para tener un ambiente seguro y sano en la comunidad universitaria.
Autoridades, les invito a que visiten la UPY lo antes posible y confirmen lo que aquí les digo. Notarán el estado REAL de la infraestructura, la estructura y, lo más importante, la superestructura: la comunidad UPY. Los techos se están cayendo, los equipos en los laboratorios no sirven, y las personas nos estamos agrediendo entre nosotras. ¿Por qué? Porque no cuidamos las cosas (no se les da mantenimiento) y tampoco nos estamos cuidando como personas. La UPY puede cambiar (y mejorar), pero eso no va a suceder si la persona que nos vigila desde las cámaras (literalmente) sigue en el poder.
No “solo” lo regañen, no solo simulen que están haciendo algo. Necesitamos que lo destituyan HOY, no mañana, HOY. Ya causó suficiente daño y no es sano para nadie el continuar en una institución que tiene a esta persona como su “líder”.
Confío en ustedes, pueden hacer lo correcto.