La Organización de las Naciones Unidas dijo, tras el ataque de Israel al Líbano y Siria utilizando miles de buscapersonas que estallaron ayer en dichos países, que “atacar simultáneamente a miles de personas, civiles o miembros de grupos armados, sin saber quién tenía los artefactos, su ubicación y entorno durante el ataque, viola el derecho internacional. Quienes ordenaron y llevaron a cabo este ataque deben rendir cuentas”. Ayer Israel de manera remota hizo detonar miles de estos dispositivos buscapersonas (beepers) en Siria y Líbano en un ataque a Hezbollah. Muy sofisticado. Solo que estos dispositivos no solo los usa Hezbollah sino miles de doctores.
Tras las explosiones de ayer, que hirieron a unas 4 mil personas y mataron al menos a 9 (entre éstas una niña) hoy ha tenido lugar una nueva ola de atentados terroristas de los sionistas en el Líbano: hoy detonaron más explosivos colocados en los dispositivos buscapersonas del mismo lote que los de ayer. Los dispositivos, de la marca taiwanesa Gold Apollo, fueron adquiridos hace 5 meses, fabricados por una cadena de producción en Hungría, de la empresa BAC Consulting, donde el Mossad (servicio secreto israelí) colocó los explosivos que ahora detona a control remoto. Fuentes bien informadas señalan que son los mismos dispositivos buscapersonas y walkie talkie del mismo lote. Así lo señalan fuentes de seguridad libanesas; no son iphones ni patinetes ni nada de lo que están diciendo algunos.
En efecto. Hoy se reanudó el ataque israelí indiscriminado. Por segundo día, explotan aparatos de telecomunicaciones en Líbano. Ahora son walkie-talkies. Uno de ellos, durante el funeral del hijo del parlamentario de Hezbollah Ali Ammar, quien murió ayer tras estallar su beeper.