Marcela Vázquez, Fundadora, Presidenta y Directora General Mujer, Hormonía y Salud, A.C.. La salud como derecho humano es el principal pilar para el desarrollo integral de cualquier individuo. En el caso de las mujeres, el equilibrio centrado en la salud es fundamental para afrontar los obstáculos socioculturales que a lo largo de la vida enfrentamos en nuestro país, haciendo más difícil y complicado nuestro andar en comparación con el de los hombres.
Ahora bien, si nos enfocamos en políticas públicas de salud y bienestar, procurar la salud de las mujeres en el sentido más amplio es una tarea que se debe proyectar desde que una mujer nace hasta el momento de su muerte; lo que significaría que el Estado Mexicano debería estructurar los programas de salud con perspectiva de género, a partir del ciclo de la vida, lo cual no sucede debido a que el diseño, la gestión y la ejecución de los programas públicos están basados en el marco de las funciones y atribuciones de las estructuras gubernamentales. La incorporación de la perspectiva de género en las políticas públicas y en el acceso a servicios de salud, es un aspecto de gran relevancia que merece un análisis reflexivo desde diversas áreas relacionadas con la salud pública.
Según datos del Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).[1] la población total en los Estados Unidos Mexicanos es de 126,104,024 personas, de las cuales el 48.8 por ciento son hombres (61,538,764 personas) y 51.2 por ciento (64,565,260 personas) mujeres, de las cuales, aproximadamente el 16 por ciento actualmente se encuentra transitando en alguna etapa del climaterio (peri y postmenopausia).
Hoy en día, en México el derecho de una mujer para salvaguardar su salud sexual y reproductiva está acotado, ya que el Sector Salud solamente aborda situaciones particulares relacionadas con la vida reproductiva de las mujeres y no se tienen diseñadas estrategias concretas, ni existen recursos públicos etiquetados enfocados para atender las problemáticas amplias y complejas que una mujer afronta una vez que llega a la menopausia.
En ese contexto, podemos observar que existe un gran vacío de acciones e intervenciones que incidan en la contención de riesgos que comprometen la calidad de vida y la salud de las mujeres en el climaterio, pero, por otro lado, se ha enfatizado “en el discurso” que es prioridad el diseño e implementación de programas públicos para promover el envejecimiento saludable. Lo anterior, es una situación contradictoria y poco efectiva si vemos un vacío en política pública con perspectiva de género para abordar el largo periodo por donde una mujer transita su climaterio previo a la adultez mayor y que resulta prioritario la implementación de intervenciones en salud focalizadas y personalizadas para que todas las mujeres puedan tener el mejor estado de bienestar en el futuro próximo.
La carencia de intervenciones en salud pública, aunado al todavía tradicional formato social de los mexicanos con tintes aún machistas ha influido en que exista muy poco conocimiento por parte de la sociedad de lo que pasa cuando una mujer deja de menstruar, limitando la capacidad de las mujeres y de su entorno de entenderlas y entenderse y actuar en consecuencia. Por otro lado, es evidente la falta de profesionalización de los médicos en la materia; como dato ilustrativo es importante mencionar que en el sector público la responsabilidad de la salud de la mujer en el climaterio mayoritariamente recae en el médico de primer contacto, cuyo entrenamiento no le permite llevar a cabo un buen manejo de la condición que debería abordarse de forma multidisciplinaria.
Es por ello que una tarea pendiente, entre otras es promover que universidades y colegios médicos promuevan la creación de programas de credencialización en materia de climaterio a médicos y médicas generales y la subespecialización en climaterio para gineco-obstetras en beneficio de una sociedad femenina saludable y más empoderada.
A partir del contexto mexicano, un grupo de mujeres comprometidas con el bien común hemos decidido constituir la Asociación Civil “Mujer, Hormonía y Salud“ para incidir desde la sociedad civil en tres aspectos que consideramos importantes para empoderar a las mujeres en la menopausia y en todos los ciclos de vida (infancia, adolescencia, adultez, vejez) a través de: la tutela de los derechos sexuales y reproductivos, la profesionalización de la perspectiva de género en las políticas públicas orientadas a las mujeres y promover la educación individual, colectiva y profesional para fortalecer las capacidades desde la corresponsabilidad.
Por ello, pensamos que este mensaje, en el Día Internacional de la Menopausia contribuirá para que el tema de la Menopausia permee en todos los ámbitos de la vida social, política y gubernamental, siendo también un llamado para que juntos todas y todos promovamos la necesidad de que en México los derechos sexuales y reproductivos se garanticen en el sentido más amplio para incrementar las condiciones de salud y bienestar de las mujeres.