Cartas a la redacción.- A la comunidad universitaria y a la sociedad en general:
A inicios de este año y a lo largo de 400 días, advertimos a las autoridades universitarias y gubernamentales del país[1] que el actual gobierno de Israel ha efectuado un genocidio en la Franja de Gaza, mismo que constituye el crimen más horrendo que hasta ahora haya cometido el Estado de Israel en contra del pueblo palestino desde 1948 hasta la fecha y que se suma a otros como los crímenes de guerra y de lesa humanidad, apartheid, limpieza étnica y ocupación colonial e impedimento al retorno. Voces palestinas llaman a este conjunto de pesadillas Nakba o Catástrofe.
Lo anterior es hoy un hecho corroborado por expertos en derechos humanos, como la relatora especial de la ONU para los Territorios palestinos, Francesca Albanese, así como por diversos juristas y por la abrumadora mayoría de los más destacados expertos en la materia a nivel mundial, algunos de ellos de herencia judía. El llamado de justicia del pueblo palestino ha sacudido al sistema académico mundial en su interior puesto que las universidades en Israel han participado de múltiples maneras en los crímenes arriba mencionados. Más aún, ha sido la gente de a pie en todo el mundo la que se ha sumado al llamado de liberación del pueblo palestino formando así el que es, sin duda, el movimiento de solidaridad en contra del genocidio más importante del siglo XXI y que con toda probabilidad iguala a los movimientos en contra de los genocidios cometidos en el siglo XX. Hoy algunos de los más altos mandatarios del gobierno de Israel son prófugos de la Corte Penal Internacional. Sin embargo, la Organización de las Naciones Unidas ha sido incapaz de salvaguardar la integridad del pueblo palestino y Estados Unidos, que ha hecho recurrentemente uso del veto, y otras naciones como Alemania o Reino Unido han continuado proveyendo de armas y otras formas de apoyo a Israel, volviéndose así cómplices y persiguiendo a quienes alzan la voz en hermandad con Palestina, que ha sido abandonada a su propia suerte.
En este contexto, frente a la incesante lluvia de misiles y balas, que caen sobre todo en contra de infancias y mujeres, el boicot académico, de la mano del militar, comercial y cultural, es una de las pocas vías que quedan para frenar a un gobierno y a un Estado genocidas y para que se haga valer el derecho internacional. El Colegio de México, el CIDE, las universidades de Granada, Oviedo, Barcelona, Turín, Bari, Milán, Cagliari, la Scuola Normale Superiore de Pisa, la Middle East Studies Association (MESA), la Université Libre de Bruxelles, el Trinity College de Dublín, entre muchas otras, han roto relaciones académicas con las universidades de Israel. Con ello, han seguido algunos lineamientos del boicot académico[2] y tomado la decisión correcta e histórica de hacer lo propio para detener el genocidio en curso, desinvirtiendo y suspendiendo acuerdos con universidades israelíes. Como agrupación académica llamamos a respetar y apoyar la decisión del COLMEX y nos tomamos la libertad de difundir su argumentación que es una ruta ejemplar para el resto de los espacios educativos y de investigación del país.[3] Nos preguntamos: ¿qué universidad o institución pública ha protestado frente a las acciones militares de su Estado? ¿Cómo es posible mantener intercambios provechosos con instituciones que participan del genocidio? Las universidades israelíes no son espacios de producción de conocimiento al margen de la política genocida de su gobierno: están subsumidas a ésta y participan activamente en ella. Evidentemente, ni las universidades ni ningún otro espacio educativo pueden y deben permanecer neutrales ante la injusticia. El llamado expresado recientemente en el periódico Excélsior a “no tomar partido”, cuyos firmantes nunca se pronunciaron en torno al asesinato de académicos palestinos y a la destrucción sistemática de todo el patrimonio cultural gazatí, busca confundir a la opinión pública, haciendo creer que entre Palestina e Israel hay una guerra convencional entre dos partes y que, al pretender tomar una posición “neutral” ante el genocidio, buscan exculpar a Israel. Esta no es sino una manera de defender al opresor. Si hubiera neutralidad, ¿dónde podríamos encontrar sus costosos desplegados públicos en solidaridad con las víctimas palestinas del academicidio?
Lxs abajo firmantes reiteramos nuestro llamado al sector universitario y educativo en México y en el mundo a estar organizados para impulsar el boicot, fomentar el genuino debate, y sumar esfuerzos para expulsar a Israel de la ONU y ayudar en el proceso de verdad, justicia y reparación de daños.
Atentamente,
Académicxs con Palestina contra el Genocidio
[1] https://academicxsconpalestina.blogspot.com/2024/01/carta-las-autoridades-universitarias.html
[2] https://bdsmovement.net/academic-boycott
[3]https://violenciaypaz.colmex.mx/archivos/UHVibGljYWNpb24KIDEwMApkb2N1bWVudG8=/Reporte%20final%20-%20Comisio%CC%81n%20de%20revisio%CC%81n%20del%20Acuerdo%20Colmex-UHJ%20(firmado)%20(1).pdf