Eduardo Lliteras Sentíes.- Siria está siendo desmembrada y destruida como Estado y nación. Y sus despojos, repartidos entre los vencedores. De cobertura se utilizará a un nuevo régimen, financiado y organizado por Turquía, Estados Unidos, Israel y los países del Golfo, ninguno de los cuales ha movido un dedo para ayudar a los palestinos, y ni lo hará, obviamente, porque estamos ante una reconfiguración geopolítica regional que busca eliminar a las milicias chiitas enemigas de Israel (con Irán en la lista). El eje turco-israelí-estadounidense-saudita busca impulsar su crecimiento económico a costa de territorios y recursos sirios, gazatíes y del Líbano y apoderarse de zonas estratégicas: La construcción de oleoductos que alimenten a la Unión Europea y acabar con la presencia e influencia rusa -con sus bases militares empezando por el puerto de Tartus- en la región y África, formaría parte del plan proyectado entre Israel y Estados Unidos para repartirse Siria. En el juego de ajedrez global, indudablemente, se trata de un duro golpe para el multilateralismo que Rusia y China están buscando construir con los BRICS, en la lucha por la hegemonía global.
También hay quienes señalan que Siria podría dividirse en tres grandes áreas, bajo control de Turquía, Israel y Rusia, sin olvidar los territorios y bases estadounidenses en Siria, donde extrae (se roba) petróleo que también ha servido para financiar a los grupos terroristas que dieron el golpe de muerte al régimen de Bashar Al Assad, hoy refugiado en Rusia con toda su familia. El cultivo de algodón por parte de los terroristas que derrocaron a Bashar Al Assad en los territorios colindantes con Turquía, es otra fuente de recursos para el turco Erdogan.
Como hemos venido señalando, “no se trata de democracia ni de derechos humanos, se trata de la creación del Gran Israel (fagocitando territorios en Líbano, Gaza, Cisjordania y Siria, por lo pronto) y del genocidio de los palestinos, los que siguen siendo masacrados a diario.
La toma del poder de los jihadistas de Hayat Tahrir al-Sham (HTS, Organización para la Liberación del Levante, salafista) y Al-Jays al-Watani As Suri (Ejército Nacional Sirio) hoy blanqueados como “rebeldes” y “libertadores” por la prensa occidental y aplaudidos por los líderes occidentales, significa la destrucción del Estado y gobierno sirio. De hecho, Israel, además de la cobertura militar proporcionada a dichos grupos terroristas vinculados a Al Qaeda, ha lanzado decenas de ataques contra bases y estructuras militares y de gobierno de Siria en las últimas horas. El Estado, ejército y gobierno sirio están siendo aniquilados. Geopolíticamente Israel se asegura una rotunda derrota de Irán, aliado de Siria, y aísla completamente al eje de resistencia Palestina-Líbano. Hezbolá ha perdido cualquier conexión territorial con Irán, a través de Siria. Y por ende, su capacidad para reforzarse militarmente. La guerra en Líbano, podría recomenzar, en cualquier momento.
EL TERRORISTA
En 2017 la embajada de Estados Unidos en Siria alertaba que Muahammad Al Jawlani, líder de HTS, era un terrorista islamista buscado por la justicia y por el que ofrecía recompensa. Ahora, los líderes occidentales dicen que llegaron los “liberadores”, mientras la población cristiana, drusa, y de otras minorías etno religiosas temen, con razón, ante la irrupción de los jihadistas, cuya victoria, claro está, no se comprende sin el colapso interno y la defección de elementos clave del régimen de Assad. El mismo ejército no puso resistencia y por el contrario se retiró y los soldados en muchos casos se quitaron el uniforme y huyeron.
Hoy, el terrorista islámico Muahammad Al Jawlani, ha sido reconvertido por occidente en un líder “rebelde” que ha liberado Siria de la tiranía: en realidad un títere financiado por las potencias que se van a repartir Siria, sin importarles, claro, el destino ni el sufrimiento de la población siria.
Eso sí, para el Secretario de Estado, de los Estados Unidos, Antony Blinken y el presidente Joe Biden tras 14 años de conflicto (alimentado por la potencia y aliados en Siria con millones de prófugos y centenares de miles de muertos), “el pueblo sirio por fin tiene motivos para tener esperanza. Estados Unidos apoya firmemente una transición pacífica del poder a un gobierno sirio responsable mediante un proceso incluyente dirigido por los propios sirios”. A ver quién se los cree.
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La lucha por la hegemonía global entre el eje sino-ruso con los BRICS como bastión y la OTAN, bajo el mando de Estados Unidos, acaba de tener un reasentamiento en la cuenca del Mediterráneo. No se debe olvidar que ésta guerra es combatida en todos los continentes: la OTAN declaró el año pasado en la cumbre que la seguridad en la región euroatlántica es indivisible de la seguridad en la región del Indopacífico. Los otanistas tienen en la mira todo el continente euroasiático, incluido el Mar de China Meridional, el Estrecho de Taiwán y la Península de Corea, donde acaba de tener lugar una intentona golpista en Corea del Sur.
En otros continentes se están creando bloques militares similares a la OTAN y se está promoviendo la infraestructura de la OTAN. En México no hay que perder de vista las afirmaciones de Donald Trump de que México y Canadá deberían formar parte de los Estados Unidos y los señalamientos de que el vecino del norte debería quedarse con los estados mexicanos del Pacífico, la cuenca del futuro comercial del planeta.
CAJÓN DE SASTRE
Se afirma que el flujo de armas desde Ucrania a Siria ha sido constante. Éstas han entrado por la frontera con Turquía y afianzado la conexión entre los terroristas salafistas y Kiev, que los asesora y entrena. Además, armas enviadas por occidente a Ucrania han regado África y también han sido detectadas en México, por cierto. Nuestro país, debilitado con el narco, puede ser otra víctima del desmembramiento y destrucción de naciones en el siglo XXI. No se descarte.