Con la promesa de trabajar como modelos con sueldos bien pagados, 14 mujeres de nacionalidad colombiana encontraron el infierno en Quintana Roo, donde fueron obligadas a prostituirse.
Son presuntas víctimas de hechos constitutivos del delito de “trata de personas en su modalidad de prostitución ajena”.
Todas fueron rescatadas por personal de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Quintana Roo y de la Guardia Nacional (GN).
Para ello, se ejecutaron órdenes de cateo giradas por juez, en domicilio ubicado el cruzamiento de las avenidas La Luna y Del Sol, Supermanzana 44, del municipio de Benito Juárez (Cancún), y otro en Playa del Carmen.
En el primer sitio, según la FGE, se tuvo sospecha de que funcionaba como casa de citas por constante presencia de hombres a bordo de automóviles y la salida de mujeres para regresarlas horas después.
“Durante la diligencia, los agentes localizaron a seis mujeres de origen colombiano, quienes arribaron a Cancún, bajo la promesa de empleo bien remunerado, pero lo que encontraron a su llegada, fue totalmente distinto a lo que les ofrecieron”, reveló la corporación.
Con base en las indagatorias, las féminas fueron “enganchadas” por una amiga, también de Colombia, quien les dijo que en Cancún había una agencia donde reclutaban a chicas guapas, a quienes pagaban buenos sueldos.
Debido a la falta de oportunidades y recursos económicos en su país, ellas aceptaron la oferta, por lo que se comunicaron con una mujer, encargada del negocio.
Esta persona –relataron las afectadas– les pidió fotografías en ropa interior y/o lencería; una vez ‘contratadas’, las mujeres viajaron a Cancún, con boletos de avión comprados por la encargada de la agencia.
“A su llegada pasaron por ellas en un vehículo, que las trasladó a un departamento ubicado en Playa del Carmen, donde las despojaron de sus pasaportes, y les informan que tenían una deuda de 120 mil pesos, por lo que deberían prestar servicios sexuales, con un costo de dos mil 200 pesos, cuota que dividían en mil pesos para abono de la deuda, 700 de comisión y 400 por concepto de transporte.
“Del dinero que ganaban por cada servicio sexual, únicamente se quedaban con 100 pesos, por lo que sobrevivían con las propinas que les daban los clientes, pero con las que además debían juntar para pagar semanalmente la cantidad de mil 500 pesos por el arrendamiento del departamento en el que vivían, además de tres mil pesos de piso y cuidado de ellas”, detalló la FGE.
Peor aún, si por alguna razón no pagaban a tiempo los días lunes, les aplicaban una multa de 400 pesos, además de que, si se enfermaban o requerían ropa y artículos de uso personal, los costos de estos incrementaban su deuda, la cual prácticamente se volvía imposible de pagar.
“Cada vez que eran solicitadas para un servicio, les mandaban un mensaje con la ubicación y un chofer acudía para trasladarlas al lugar al que eran requeridas, del cual debían enviar ubicación en tiempo real, en caso contrario eran multadas. A las mujeres no les permitían salir, si no era para atender a clientes o comprar lo que necesitaran en una tienda cercana, donde también hacían los depósitos correspondientes a los servicios del día.
“Las colombianas eran vigiladas día y noche, a través de cámaras instaladas en el departamento en el que vivían. La encargada de la agencia tiene varios domicilios en Playa del Carmen, donde localizaron a ocho femeninas más”, asentó el reporte.
Las 14 extranjeras rindieron declaración formal para integrarlas a la carpeta de investigación abierta por este caso y dar parte al Consulado de Colombia y al Instituto Nacional de Migración.
No hubo mención de presuntos responsables y cómplices.








