Redacción.- Para obtener un dictamen preciso que permita mejorar las condiciones actuales de la estructura del distribuidor vial de Prolongación de Montejo (mejor conocido como Paso Deprimido), el análisis hidrogeológico a cargo de especialistas de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Yucatán, FIUADY, resulta imprescindible y relevante, aseguran autoridades municipales del ayuntamiento de Mérida.
De acuerdo con Roger Amílcar González Herrera, coordinador académico de Hidráulica e Hidrología de la FIUADY, este estudio es el primer paso y el más importante para el rescate del paso a desnivel, ya que es la base para que el ayuntamiento de Mérida y los demás sectores involucrados en el proyecto puedan establecer mejor el dictamen para solucionar el problema de inundaciones que registra.
Explicó que ese estudio se basa en un análisis estadístico, que de acuerdo con las probabilidades, permita determinar posibles escenarios a futuro para analizar también diferentes alternativas de solución, incluso si se presentaran de nuevo situaciones atípicas como las del año pasado.
“Nos deja ver probabilísticamente qué podría suceder con el nivel del manto freático en unos 10 o 20 años”, indicó.
Mencionó que para realizar el estudio estadístico el equipo a cargo tomó en cuenta principalmente las máximas elevaciones anuales del manto freático, desde la década de los 80 hasta el año 2020.
“Las elevaciones máximas del nivel freático tienen una tendencia al incremento desde el periodo de los 80 hasta la actualidad, pero jamás habían ocurrido elevaciones del nivel freático como los que ocurrieron el año pasado a causa de las tormentas tropicales y huracanes”, subrayó.
Indicó que particularmente en el caso del distribuidor vial, las elevaciones máximas del nivel freático llegaron a una altura tal que la presión hidrostática ejercida hacia las paredes y la superficie de rodamiento provocó que se cuartearan derivando en la acumulación de agua.
“Cabe señalar que los que diseñaron el paso deprimido no pudieron determinar que eso podría ocurrir porque fue un evento extraordinario lo que sucedió el año pasado”, agregó.
El especialista abundó en que, según el estudio estadístico y las probabilidades, posiblemente se haya registrado antes, hace 175 años más o menos un incremento similar del manto freático, de lo cual no se tiene registro.
Puntualizó que siempre de acuerdo con las probabilidades no hay seguridad de cuánto tiempo pasará para que se vuelva a registrar una elevación tan significativa del nivel del manto freático, lo mismo pueden pasar otros 175 años que ocurrir este año o en dos o diez, depende de la naturaleza.
El análisis arroja también indica que la precipitación media anual acumulada en la ciudad de Mérida es de 999 mm, la mayoría de los cuales (92%) se registra entre mayo y octubre.
Sin embargo, en el 2020 el total acumulado del año fueron 1,290 mm, mayor a la media anual.
El 60% del acumulado se registró durante las tormentas “Cristóbal”, del 20 de mayo al 7 de junio, y “Gamma”, así como el huracán “Delta”, del 1 al 9 de octubre.
“Es decir, en aproximadamente 16 días, el nivel del agua subterránea en el manto acuífero experimentó un ascenso de 4.80 metros tal como pudo observarse en el paso a desnivel”, enfatizó.
El especialista comentó que gracias a que contaban con la información recabada desde los 80, él y su equipo, que incluye a Ismael Abelardo Sánchez y Pinto y Carlos Zetina Moguel) pudieron terminar el estudio en dos semanas y contribuir así con el complejo proceso que implica analizar todos los ángulos de la situación para llegar a un dictamen.
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