Redacción.- Tribunal del Vaticano absolvió a un ex monaguillo de los cargos de abusar sexualmente de un niño más joven en el seminario juvenil de la Santa Sede, según dictamen del miércoles en el primer juicio por abuso sexual del clero en el tribunal penal del Papa. Seis años de prisión es lo que había solicitado un fiscal del tribunal penal del Vaticano contra el padre Gabriele Martinelli, quien fue acusado de “violencia sexual” contra un menor de edad, cuando vivían en el seminario juvenil para jóvenes en la Santa Sede. El juicio del joven sacerdote empezó en octubre de 2020 con audiencias espaciadas. El panel de tres jueces absolvió al reverendo Gabriele Martinelli de algunos cargos y dictaminó que otros cargos no podían ser castigados o supuestamente ocurrieron hace mucho tiempo. El ex rector del seminario, el reverendo Enrico Radice, fue igualmente absuelto, según afirma un cable de la agencia AP. En una declaración, el tribunal dijo que esencialmente había confirmado que había habido una relación sexual entre Martinelli y la presunta víctima, L.G., pero no hay pruebas de que L.G., que era solo siete meses más joven, se hubiera visto obligado a hacerlo. El caso se refería al claustro del seminario juvenil San Pío X, un palazzo dentro de los muros del Vaticano al otro lado de la calle donde vive el Papa Francisco. El seminario se utiliza como residencia para niños de entre 12 y 18 años, que sirven como monaguillos en las misas papales en la basílica de San Pedro. Según recuerda AP, el escándalo por presuntos abusos en la residencia estalló en 2017 cuando ex monaguillos hicieron públicas las acusaciones de mala conducta de Martinelli y encubrimiento por parte de los superiores del seminario. El “promotor de justicia” (fiscal) en el Vaticano, Roberto Zannotti, dijo que era necesario sancionar a Gabriele Martinelli por actos a partir de sus 16 años. En un comienzo se requirió 8 años de prisión (reducidos a 4 años por la corta edad del imputado en el momento de los hechos), por el cargo de “violencia carnal agravada”, delito denominado así en el código penal del Vaticano. Martinelli había negado haber abusado sexualmente de L.G., diciendo que las acusaciones eran infundadas, inverosímiles y fruto de los "celos" de otros seminaristas porque finalmente fue ordenado sacerdote. Radice negó saber algo sobre abusos o de obstaculizar la investigación. Durante el juicio, algunos ex seminaristas habían testificado sobre un ambiente homofóbico en la residencia y sobre los niños más pequeños que estaban siendo acosados. Otros, sin embargo, testificaron que los niños estaban felices y que el rector revisaba los dormitorios por la noche y nunca escuchó ni vio ningún abuso. Rita Claudia Baffioni, abogada de Martinelli, dijo que el tribunal vio correctamente contradicciones en el testimonio del testigo principal, un compañero de habitación de L.G. quien dijo que vio actos sexuales en el dormitorio. Agnese Camilli, en representación de Radice, dijo que el veredicto mostraba que su cliente era un sacerdote honrado que siempre cuidaba de sus estudiantes.