Redacción / Con información de Reuters.- Con el
presidente chileno, Sebastián Piñera, en la capital chilena ha vuelto a
instaurarse el toque de queda por primera vez desde la sangrienta y brutal
dictadura pinochetista. El presidente chileno justifica su toque de queda, que
ya ha dejado 3 muertos, con la justificación de frenar las violentas protestas
en varias ciudades del país y los daños materiales.
El
mandatario, un millonario empresario, dio marcha atrás el sábado al alza del
pasaje del tren subterráneo que detonó las manifestaciones en la capital y
luego en otras ciudades.
Pero el
toque de queda, que se aplicó en Santiago por primera vez desde el fin de la
dictadura de Augusto Pinochet, no detuvo las acciones de fuerza durante la
noche del sábado y domingo, con nuevos incendios en las estaciones del metro y
masivos saqueos de supermercados y tiendas.
El
mandatario conservador se reunió con los jefes de los poderes legislativo y
judicial en el palacio de La Moneda, a escasas cuadras del neurálgico punto de
Plaza Italia donde el ejército desplegaba a esa misma hora tanquetas y soldados
para contener las protestas.
?El tiempo
hoy día nos obliga a recuperar la tranquilidad y la paz social (…). Creo que
este acuerdo nacional, que debemos buscar por la buena y sana convivencia
social, es la primera urgencia?, dijo Iván Flores, presidente de la Cámara de
Diputados en una conferencia de prensa acompañado por Piñera.
Chile es
conocido por tener una de las economías más estables de la región, pero
presenta importantes niveles de desigualdad que han motivado movimientos de
protestas por el acceso sesgado a educación de calidad, pensiones insuficientes
y bajos salarios. Sin embargo, hasta ahora ninguna demanda había terminado en
una revuelta como la del fin de semana.
Por otra
parte, el jefe militar designado por Piñera para resguardar la seguridad en la
capital, Javier Iturriaga, ordenó un nuevo toque de queda para la noche del
domingo, esta vez más temprano, desde las 19.00 hora local (2200 GMT).