Greta debe
vivir escondida en su casa, ya que de otra manera podría sufrir una violenta
agresión de su ex marido, quien la amenaza a diario con total impunidad. Esto
significa no salir a la calle. Esconderse, vivir aterrorizada, con miedo. Ella
y su hijo, de apenas 10 años, están viviendo una terrible pesadilla que ha
marcado sus vidas para siempre, situación que se repite una y otra vez en
Yucatán.
Vivir con
miedo, es el sino terrible de Greta, quien viene denunciando en los últimos dos
años la tortura y la violencia intrafamiliar que padeció y de la que fue
rescatada con fortuna, hasta ahora, de las garras de su pareja quien llegó a
meterla a un ataúd o a encerrarla en un cuarto de pánico por meses.
Las mujeres
que valientemente la han acompañado y rescatado, piden a la Fiscalía General
del Estado que su caso se judicialice por intento de feminicidio contra Greta
Corona y que la carpeta de investigación no sea abierta por violencia familiar
como pide el fiscal en el presente.
Las
autoridades de la Fiscalía deben estar muy atentas a que no se cumpla otra
agresión y feminicidio anunciado, como ocurrió con Emma Gabriela.
Mucho se ha
advertido sobre la situación de extrema vulnerabilidad de Greta, quien ni
siquiera podía hablar y todavía muestra tics nerviosos en su rostro, expresión
terrible del terror y miedo indecibles que ha padecido y padece.
Mucho se ha
advertido sobre los riesgos, de muerte, que corre, pero hasta ahora el hombre
que la acosa y amenaza con matarla, sigue impune.
En días
recientes a un teléfono celular de una abogada que sigue el caso llegó el
siguiente mensaje: ?Yo sé todo sobre ustedes dónde viven o donde van con quién
están y todas inútiles de mí no saben nada ni puede probar nada por eso las
matan POR PENDEJADAS?.
?Greta no
puede salir a la calle, ni puede llevar una vida normal. No puede resolver sus
necesidades cotidianas, como cualquier persona, o de su hijo: ella no puede
salir, porque entonces estaría demostrado que no requiere que la cuiden ?irónico,
¿verdad?, esto se llama, hasta cierto punto, la limitación de tránsito,
provocada y auspiciada por la misma autoridad. Es una agresión clara, a su
libertad. Cuando ya de por sí está siendo agredida en su tranquilidad, en su
vida, en su supervivencia, porque no puede trabajar en nada?, explicó doña
Ligia Canto Lugo, mamá de Emma Gabriela Molina Cantó ?asesinada en Mérida por
órdenes de su ex pareja Alberto Medina Sonda, hoy preso, en Mérida-.
Durante la
conferencia de prensa en el restaurante Amaro, el que fue foro para que
acudiera, de nueva cuenta el padre Solalinde a expresar su solidaridad con
Greta y a pedirle a las autoridades justicia en éste caso, se explicó que hasta
ahora la única interrogada, una y otra vez, ha sido la víctima. No el
victimario, quien goza de buenas y poderosas relaciones, según se afirma.
Como recordó
Ligia Cantó, en ?el caso de Emma Gabriela, un minuto fue suficiente para
privarla de la vida, yo creo que eso nos ha dejado una enseñanza, una lección
como ciudadanos, no podemos ser indiferentes, porque como Greta hay muchas, así
como también hay personas que deben de cuidar y de velar por la impartición de
justicia?.
En el foro
del restaurante Amaro, ofrecido por Olga Moguel solidariamente, emergieron
preocupantes realidades de éste Yucatán, que se dice tan pacífico.
El caso de
Greta, es de por sí, un foco rojo, que no debiera de tolerarse. Pero allí están
un grupo de abogados dedicados a defender de forma sistemática a los agresores,
a los feminicidas.
También en
el sector judicial existen figuras prontas a justificar las agresiones, a
criminalizar a las víctimas, a dar un espaldarazo a los sicarios, inclusive a
apoyarlos legalmente.
Como recordó
Ligia Canto, en particular ha llamado la atención la actuación de una juez,
quien a lo largo del juicio contra los asesinos de Emma Gabriela, ?en su mismo
veredicto, evidenció de manera descarada su parcialidad, su inclinación, su
actuación a proteger a asesinos y a feminicidas?.
?Me acabo de
enterar que esa misma juez, dijo que no hay delito que perseguir hacia una
mujer que también está siendo víctima, casualmente hace tres días?.
Ligia Canto
advirtió sobre el peligro de caer en las manos de dicha juez, ya que se corre
el riesgo de terminar siendo culpables, en lugar de víctimas.
La
corrupción en el sector judicial, es una arista muy preocupante, ya admitida en
corto por jueces y personas que laboran en el sector judicial del Estado.
Grave, también que un abogado dedicado a defender a feminicidas, conocido por
su falta de ética en el caso de Emma Gabriela, se dedique a impartir clases en
la Universidad Autónoma de Yucatán, a formar (deformar, será) a las futuras
generaciones de abogados. El destino del Estado en ésta materia, es
preocupante, no cabe duda.
Por último,
es necesario insistir: no queremos otra Emma Gabriela en Mérida. Alto, de forma
definitiva, al clima de terror y miedo que padece Greta.