Redacción / ACI Prensa.- La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) ha pedido a la congregación de los Legionarios de Cristo que Fernando Martínez Suárez, exsacerdote que abusó sexualmente de al menos seis niñas a inicios de la década de 1990, regrese a su natal México para estar a disposición de las autoridades.
En conferencia de prensa este 14 de enero, Mons. Alfonso Miranda Guardiola, secretario general de la CEM, dijo entre las exigencias que le hizo la Iglesia a los Legionarios de Cristo figuraba que se dimita del estado clerical a Martínez Suárez y que “regrese a México para que enfrente a la autoridad”.
“Son peticiones que ya hicimos, a nombre de Mons. Rogelio Cabrera, presidente de la CEM y Arzobispo de Monterrey”, dijo.
Los Legionarios de Cristo informaron el 13 de enero que el Papa Francisco expulsó del estado clerical a Martínez Suárez, y determinó que el exsacerdote siga siendo miembro de esa congregación.
De acuerdo a los últimos comunicados de los Legionarios de Cristo, Martínez Suárez vive actualmente en Roma (Italia).
En la conferencia de prensa, el P. Pedro Pablo González Sias, que como delegado del Arzobispo de Monterrey para la investigación previa llevó adelante el proceso canónico sobre Martínez Suárez y elevó su informe a la Congregación para la Doctrina de la Fe, explicó que el pedido de que el exsacerdote siga formando parte de los Legionarios de Cristo no busca que tenga “privilegios, sino para tenerlo bajo supervisión y no vaya a cometer más delitos o vaya a huir de la autoridad”.
El P. González Sias destacó que en el caso de los Legionarios “no solamente se tiene que atender la cuestión del abuso de Fernando Martínez, sino la negligencia, las omisiones o posibles encubrimientos por parte de gente de la Legión”.
Mons. Rogelio Cabrera López, presidente de la CEM y Arzobispo de Monterrey, subrayó que “en el asunto de la atención a las víctimas de abuso de menores por parte de clérigos, queremos insistir en que no basta atender jurídicamente el caso y castigar al culpable, no basta que la Iglesia Católica a través de un proceso canónico lo expulse del orden clerical, y ni siquiera basta que la autoridad le dé el castigo proporcional a su falta”.
“El Papa Francisco habla del daño físico, psicológico y espiritual a las víctimas y a la comunidad de fieles”, dijo, por lo que “esto implicaría estar atentos a la atención médica, terapéutica con un psicólogo profesional, con un psiquiatra, el acompañamiento espiritual y las reparaciones materiales”.
Además, pidió a las autoridades mexicanas que no haya prescripción para el delito de abuso sexual de menores. “Actualmente es de 10 años y ya después no se puede hacer nada”, lamentó.
Mons. Cabrera López destacó que en la Iglesia actualmente “en la práctica” el delito de abuso sexual de menores nunca prescribe.
“Las víctimas son primero”, dijo Mons. Cabrera López, “y no el victimario”.
También hizo un llamado a “eliminar el clericalismo”, para que “los fieles no se pongan de parte del abusador”, y ayudar a que los procesos sean más rápidos y transparentes.
Mons. Miranda Guardiola precisó que “el responsable directo de cada uno de los delitos que comete un sacerdote es el obispo de la diócesis, o el superior general de la congregación a la que pertenece el sacerdote o el hermano o la hermana”.
“La Conferencia del Episcopado Mexicano es un órgano colectivo”, añadió, y señaló que “nosotros impulsamos las reformas a nivel nacional”.