Una denuncia de violación inventada y evidencia fabricada por la policía y el ministerio público en Suecia. La presión política del gobierno británico para que el gobierno sueco no abandonara el caso; un juez parcial, la detención en una prisión de máxima seguridad tras siete años refugiado en la embajada de Ecuador en Londres, tortura psicológica y claro, muy pronto, la extradición a los Estados Unidos donde podría enfrentar hasta 175 años en prisión por exponer crímenes de guerra cometidos por ese país en Irak y Afganistán. Ésta es una síntesis de la fabricación de cargos falsos por “violación” para acosar judicialmente y detener a Julian Assange, fundador de Wikileaks, expuesta por el Relator Especial de la ONU sobre la tortura, Nils Melzer, (UN Special Rapporteur on Torture, Nils Melzer), al diario digital “Republik” en una entrevista realizada por Daniel Ryser con fotos de Yves Bachmann y la trascripción de Charles Hawley.
Nils Melzar dice, durante la entrevista, que “nunca he visto un caso comparable. Cualquiera puede iniciar una investigación preliminar contra cualquier otra persona simplemente yendo a la policía y acusando a la otra persona de un delito. Sin embargo, las autoridades suecas nunca estuvieron interesadas en el testimonio de Assange. Intencionalmente lo dejaron en el limbo. Imagínese ser acusado de violación durante nueve años y medio por un aparato estatal completo y por los medios de comunicación sin tener la oportunidad de defenderse porque nunca se presentaron cargos”.
“Republik” dice que por primera vez, el Relator Especial de la ONU sobre la tortura, Nils Melzer, habla en detalle sobre los hallazgos explosivos de su investigación sobre el caso judicial del fundador de Wikileaks, Julian Assange, a la que intitulan: “Se está creando un sistema asesino ante nuestros propios ojos” cuyo objetivo es acabar con la libertad de prensa y con quienes se atreven a publicar informaciones que los gobiernos no quieren que sean conocidas por sus ciudadanos.
Dice Nielsen: “En diciembre de 2018, sus abogados me pidieron que interviniera. Inicialmente rechacé. Estaba sobrecargado con otras peticiones y no estaba muy familiarizado con el caso. Mi impresión, influenciada en gran medida por los medios de comunicación, también estaba teñida con el prejuicio de que Julian Assange era de alguna manera culpable y que quería manipularme. En marzo de 2019, sus abogados se me acercaron por segunda vez porque aumentaban las indicaciones de que Assange pronto sería expulsado de la embajada ecuatoriana. Me enviaron algunos documentos clave y un resumen del caso y pensé que mi integridad profesional exigía que al menos echara un vistazo al material”.
La realidad es que las autoridades suecas nunca estuvieron interesadas en el testimonio de Assange. Pero los medios de comunicación y las agencias gubernamentales han pintado una imagen completamente diferente a lo largo de los años: Julian Assange, dicen, huyó del poder judicial sueco para evitar ser considerado responsable del caso de violación. Pero esto fue totalmente falso, como el mismo caso de violación, el que nunca fue presentado por la supuesta víctima.
Como señala Nielsen, Assange informó a las autoridades suecas en varias ocasiones que quería responder a las acusaciones. Pero las autoridades se lo obstaculizaron. Y además filtraron a los medios de comunicación la falsa acusación de violación, con todo el objetivo de desacreditarlo ante la opinión pública y justificar su persecución y confinamiento en la embajada de Ecuador.
Cuál es el trasfondo de éstas acusaciones falsas de violación que en realidad nunca existieron más que en el papel redactado por la policía sueca. Explica Nielsen: “El momento es decisivo: a finales de julio, Wikileaks, en cooperación con el «New York Times», el «Guardian» y el «Der Spiegel», publicó el «Diario de guerra afgano». Fue una de las filtraciones más grandes en la historia del ejército de los Estados Unidos. El gobierno estadounidense inmediatamente exigió a sus aliados que inundaran a Assange con casos criminales. No estamos familiarizados con toda la correspondencia, pero Stratfor, una consultora de seguridad que trabaja para el gobierno de los Estados Unidos aconsejó a los funcionarios estadounidenses que aparentemente inundaran a Assange con todo tipo de casos criminales durante los próximos 25 años.
Como insiste Nielsen, en realidad “tenemos que dejar de creer que realmente había interés en liderar una investigación sobre un delito sexual. Lo que hizo Wikileaks (con las filtraciones de crímenes de guerra) es una amenaza para la élite política en los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Rusia en igual medida. Wikileaks publica información secreta del Estado. Y en un mundo, incluso en las llamadas democracias maduras, donde el secreto se ha vuelto desenfrenado, eso se considera una amenaza fundamental. Assange dejó en claro que los países ya no están interesados en la confidencialidad legítima, sino en la supresión de información importante sobre corrupción y crímenes” cometidos por los gobiernos, sus funcionarios, ejércitos, embajadores, políticos.
(Continuará)