Redacción.- El fundador de Wikileaks, Julian Assange, cumple un año en una prisión de Londres como preso político. Espera sentencia sobre su extradición a Estados Unidos, cuyo gobierno lo reclama como venganza por revelar crímenes de guerra cometidos por las fuerzas armadas de ese país en Irak y Afganistán.
Varios miembros del Parlamento australiano solicitaron al gobierno británico concederle la prisión domiciliaria, expresando preocupación por su seguridad debido a la expansión del COVID-19.
Uno de los signatarios de la carta, George Robert Christensen, destaca la condición de preso no violento de Assange y recalca que otros reclusos con cargos similares ya han sido puestos en libertad.