Redacción / Foto: AMISOM/Omar AbdisalanCarne cruda a la venta en un mercado de Mogadishu, en Somalia.- Los mercados de alimentos en China y en todo el mundo, deben garantizar sistemas regulatorios sólidos, altos estándares de limpieza, higiene y seguridad una vez que estén en condiciones de reanudar gradualmente la normalidad en sus ocupaciones tras las medidas de confinamiento decretadas para contener el coronavirus COVID-19, ha asegurado este jueves la Organización Mundial de la Salud.
El origen de la actual pandemia del COVID-19 se relaciona con la venta de alimentos en un mercado de animales vivos en la ciudad china de Wuhan.
El director general de la Organización sostiene que son los Gobiernos los que deben aplicar rigurosamente las prohibiciones a la venta de vida silvestre, y deben hacer cumplir las normas de seguridad e higiene de los alimentos para garantizar que los que se venden en los mercados sean seguros.
Tedros Adhanom Gebreyesus desmentía así las noticias publicadas en algunos medios acerca de que la la Organización Mundial de la Salud apoyaba la reapertura de los mercados con animales salvajes en China.
La OMS ha brindado orientación y apoyo a los países sobre mercados seguros y saludables, incluida la orientación para las empresas alimentarias sobre el COVID-19 y sobre la seguridad alimentaria y de los mercados con animales vivos.
“Hemos estado trabajando estrechamente con la Organización Mundial de Sanidad Animal y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación desde el comienzo del brote de COVID-19, para prevenir las enfermedades zoonóticas en todos los sectores interesados”, explicó Tedros.
El director se comprometió a trabajar con todos los países para encontrar soluciones personalizadas para detener la transmisión, al tiempo que garantiza que los servicios de salud esenciales continúen y se mitiguen los impactos sociales y económicos de la pandemia.
“Solo trabajando juntos podremos controlar esta pandemia. El trabajo tiene que suceder no solo a nivel internacional y nacional, sino también a nivel de la sociedad”, dijo.
¿El regreso a la normalidad en Europa?
Casi dos millones de casos de COVID-19 han sido reportados en todo el mundo, y más de 123.000 muertes, afirmó Tedros.
“Eso es 40.000 muertes más desde la semana pasada. Este es un aumento alarmante y trágico”, aseguró.
Tedros dijo que, al mismo tiempo, se están viendo signos alentadores en algunos países que han sido el epicentro de la pandemia.
“Algunos países ahora están considerando levantar las restricciones sociales y económicas. Esto es algo que todos queremos, pero debe hacerse con mucho cuidado. Si se hace demasiado rápido, corremos el riesgo de un resurgimiento que podría ser incluso peor que nuestra situación actual”, advirtió.
Por su parte el representante de la Organizaicón para Europa, Hans Kluge, afirmó que las nubes tormentosas de la pandemia aún se ciernen sobre el continente.
Los números de casos en toda la región continúan aumentando. En los últimos 10 días, el número de casos registrados casi que se ha duplicado a cerca de un millón. Esto significa que aproximadamente el 50% de la carga global de COVID-19 se encuentra en Europa. Más de 84.000 personas han perdido la vida por el virus allí.
De los 10 países de la región con el mayor número de casos, ha habido signos optimistas en términos de números decrecientes en España, Italia, Alemania, Francia y Suiza en las últimas semanas. Pero las señales pequeñas y positivas en algunos países se ven atenuadas por los niveles de incidencia sostenidos o aumentados en otros países, incluidos el Reino Unido, Turquía, Ucrania, Bielorrusia y la Federación Rusa.
“No se equivoquen, a pesar de este clima primaveral, permanecemos en medio de una tormenta. Varios países aún no han sentido su pleno impacto, mientras que otros están experimentando una caída ya que la cantidad de nuevos casos de COVID-19 está disminuyendo”, dijo.
Kluge aseguró que es imperativo no bajar la guardia, pero entiende que el distanciamiento físico, los bloqueos y otras medidas para reducir la velocidad y detener la transmisión están afectando vidas y medios de vida.
“La gente pregunta con razón: ¿cuánto tenemos que soportar? ¿Y por cuánto tiempo? En respuesta, los Gobiernos y las autoridades sanitarias deben encontrar soluciones para identificar cuándo, bajo qué condiciones y cómo podemos considerar una transición segura a través de un cambio gradual en las medidas”, explicó.
Haciéndose eco de las palabras del director general, Kluge dijo que cualquier paso para aliviar las restricciones y la transición debe garantizar:
1. Que la evidencia muestra que la transmisión COVID-19 está controlada
2. Que, desde el punto de vista de la salud pública y de los sistemas de salud, existe la capacidad, incluidos los hospitales, para identificar, aislar, probar, rastrear y poner en cuarentena a las personas enfermas o sospechosas
3. Que los riesgos de brotes se reducen al mínimo en entornos de alta vulnerabilidad, especialmente en hogares de ancianos, centros de salud mental y personas que residen en lugares concurridos
4. Que se establezcan medidas preventivas en el lugar de trabajo, con distanciamiento físico, instalaciones para lavarse las manos y etiqueta respiratoria
5. Que los riesgos de importación pueden ser manejados
6. Que las comunidades tengan voz y participen en la transición