Redacción / Didier Madera.- El cierre temporal de las 17 zonas arqueológicas abiertas al público provocó en abril pasado que el gobierno estatal y federal dejaran de captar cerca de 111 millones de pesos, por concepto de ingreso a los sitios así como de acceso a los paradores turísticos instalados en algunas urbes mayas.
La suspensión temporal de actividades provocó una millonaria pérdida en las comunidades aledañas, pues se truncó el dinamismo socioeconómico en cada lugar, y hasta el momento no hay fecha alguna para la reapertura de los sitios.
Como medida de prevención para evitar la propagación del coronavirus 2 del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS-CoV-2) causante de la enfermedad COVID-19, a finales de marzo pasado, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) optó por cerrar al público el acceso a los 101 museos así como 176 zonas arqueológicas del país.
En el caso de Yucatán, la medida se estableció primeramente en Chichén Itzá, el pasado 21 de marzo, y dos días después, se amplió a las demás urbes mayas, estrategia que formó parte de la Jornada Nacional de Sana Distancia por COVID-19.
De acuerdo con la información proporcionada, en abril pasado, a los sitios arqueológicos de la entidad se esperaba el arribo de cerca de 300 mil personas.
El turismo arqueológico hubiera dejado una derrama económica para el gobierno federal por cerca de 22.5 millones de pesos, por concepto de pago por el ingreso al sitio.
Mientras que para el gobierno del Estado, el monto oscilaría en 88 millones de pesos, por concepto de acceso a los paradores turísticos ubicados en siete sitios precolombinos.
Anualmente, con base a la Ley Federal de Derechos se establece el monto a cobrar por la entrada a las urbes prehispánicas de la República Mexicana, y en el caso de Yucatán, se aplica en 15 de los 17 sitios, pues en dos sitios el acceso es libre.
Para este año, la entrada general para Chichén Itzá y Uxmal es de 80 pesos, respectivamente; la tarifa para Dzibilchaltún, Xcambó y Ek’Balam, es de 75, de manera correspondiente.
El visitante paga 55 pesos por ingresar Balamcanché, Chacmultún, Kabah, Labná, Loltún, Oxkintok y Sayil, mientras que 45 pesos por persona para Acanceh, Aké y Mayapán.
El INAH también determinó que se mantiene gratuito el ingreso para Izamal e Xlapac.
Cabe destacar que adicionalmente, en seis zonas arqueológicas, el Gobierno del Estado le cobra al visitante una admisión por el uso del parador turístico, el cual también varía de acuerdo con el sitio y la nacionalidad del turista.
La cifra más alta se registra en Chichén, ya que la Agencia de Administración Fiscal de Yucatán cobra en este año una admisión general de 406 pesos, y para los mexicanos que acrediten la nacionalidad mediante una identificación oficial, el pago será de 127 pesos.
Los extranjeros pagarán 338 pesos por ingresar Ek´Balam y Uxmal, respectivamente, así como 152 para Dzibilchaltún, y 86 para las grutas de Balamcanché y de Loltún, cada una.
En el caso de los nacionales, será de 101 pesos para Uxmal; 78 pesos para Ek´Balam, y 49 pesos para Dzibilchaltún, así como para las grutas de Balamcanché y de Loltún, respectivamente.