Redacción.- El 10 % más rico de la humanidad (aproximadamente 630 millones de personas) generó el 52 % de las emisiones de carbono acumuladas, dilapidando casi un tercio (el 31 %) del presupuesto global de carbono vinculado a la meta de los 1,5 ºC, dice la organización OXFAM en un reporte. Y el 1% más rico de la población mundial fue responsable de la emisión de más del doble de dióxido de carbono que la mitad más pobre del mundo entre 1990 y 2015, según la investigación.
Las emisiones de dióxido de carbono aumentaron en un 60% durante el período de 25 años, pero el aumento de las emisiones del 1% más rico fue tres veces mayor que el aumento de las emisiones de la mitad más pobre. El informe, compilado por Oxfam y el Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo, advirtió que el consumo excesivo desenfrenado y la adicción del mundo rico al transporte con alto contenido de carbono están agotando el “presupuesto de carbono” mundial.
Tan solo el 1 % más rico de la población (aproximadamente 63 millones de personas) fue responsable de más del 15 % de las emisiones acumuladas, lo cual equivale a un consumo del 9 % del presupuesto de carbono. Este porcentaje duplica el presupuesto consumido por el 50 % más pobre de la población (aproximadamente 3100 millones de personas), y supera las emisiones acumuladas generadas por todas las ciudadanas y ciudadanos de la Unión Europea durante ese período7;
El 40 % de la población mundial considerada como “clase media” (aproximadamente 2500 millones de personas) generó el 41 % de las emisiones acumuladas, y consumió el 25 % del presupuesto de carbono, mientras que el 50 % más pobre de la población tan solo fue responsable del 7 % de las emisiones acumuladas, y de apenas el 4 % del consumo del presupuesto de carbono.
Si las emisiones repuntan de nuevo a medida que las restricciones impuestas por la pandemia de COVID-19 se relajan, en 2030 el presupuesto global de carbono vinculado a la meta de los 1,5 ºC se habrá agotado. De hecho, el 10 % más rico de la población mundial agotaría por sí solo el presupuesto global de carbono tan solo unos años más tarde, incluso aunque el resto de la población mundial redujese sus emisiones a cero mañana mismo.
El 10 % más rico de la población mundial (aproximadamente 630 millones de personas) fue responsable del 46 % del incremento total de las emisiones, un porcentaje tan solo ligeramente inferior al 49 % asociado al 40% intermedio. Mientras tanto, el 50 % más pobre de la población mundial apenas incrementó su nivel de emisiones asociadas al consumo.
El crecimiento económico desigual ralentiza el ritmo de reducción de la pobreza. Recientemente, el Banco Mundial ha llegado a la conclusión de que un crecimiento económico desigual apenas contribuirá a que el número de personas que viven con menos de 1,90 dólares al día se haya reducido en 2030, un objetivo que tan solo podremos alcanzar a través de la reducción de la desigualdad de ingresos.8 Una estimación señala que, al ritmo actual, serán necesarios 200 años para que toda la población mundial viva por encima del umbral de pobreza de 5,50 dólares anuales. No podemos dejar de señalar que este enfoque para reducir la pobreza resulta enormemente ineficaz y es indefendible desde el punto de vista ético.
Asimismo, la desigualdad del crecimiento económico tiene otro coste adicional: el rápido agotamiento del presupuesto global de carbono, y no precisamente con el objetivo de que todas las personas puedan acceder a unas condiciones de vida dignas sino, en gran medida, para satisfacer el incremento del consumo de las élites más ricas.10 Se trata de una injusticia cuyos efectos afectan de manera más cruel justamente a los dos grupos menos responsables de la crisis climática: por un lado, las personas que a día de hoy se ven más afectadas por la pobreza y la exclusión, y que ya están sufriendo los efectos del incremento de 1 ºC en la temperatura media de nuestro planeta; y, por otro, las generaciones futuras, que heredarán un presupuesto de carbono agotado y un clima cada vez más peligroso.
Las personas que conforman el 10% más rico de la población mundial viven en todos los continentes. La composición geográfica de este grupo ha evolucionado a lo largo de los últimos 20 a 30 años. Tal y como se indica en el Gráfico 4: • En la actualidad, aproximadamente la mitad de las emisiones del 10% más rico (el 24,5% de las emisiones globales) está asociada al consumo de los ciudadanos y ciudadanas de América del Norte27 y la Unión Europea, mientras que alrededor de un quinto de estas emisiones (el 9,2% de las emisiones globales) con el consumo de ciudadanos y ciudadanas de China y la India.
Más de un tercio de las emisiones del 1% más rico del mundo (el 5,7% de las emisiones globales) están en la actualidad asociadas a los ciudadanos y ciudadanas de Estados Unidos, seguidos por Oriente Medio y China (el 2,7% y el 2,1% de las emisiones globales, respectivamente).