Redacción / Fotó: vía vídeo del parque de Pompeya.- Dos cuerpos perfectamente intactos tras casi dos milenios sepultos bajo la lava del Vesuvio. Sorprendidos por la erupción brutal que cubrió la ciudad de Pompeya y la región, los dos cadáveres muestran los pliegues de su ropa. Uno parece estar envuelto en un manto de lana.
Esta es último y extraordinario descubrimiento realizado en Pompeya, en una zona de excavación llamada la villa suburbana de “Civitá Giuliana”.
A través de las técnicas de moldes de yeso ideadas por Giuseppe Fiorelli en el siglo XVIII se logró generar dos calcas de dos hombres que parecen estar dormidos en el suelo, con las manos todavía en el pecho, los dedos doblados sobre la túnica.
Los moldes de los cuerpos casi intactos de dos hombres, un hombre de unos cuarenta años envuelto en una cálida capa de lana y el que parece su joven esclavo con las marcas en sus extremidades del trabajo físico han sorprendido a arqueólogos y especialistas, citados por la agencia italiana ANSA.
Se trata de “un descubrimiento verdaderamente excepcional – subraya el entusiasta director Massimo Osanna, que también ha encabezado la dirección general de los museos públicos desde septiembre de 2020 – porque por primera vez después de más de 150 años desde el primer uso de la técnica ha sido posible no solo crear moldes perfectamente exitosos de las víctimas, sino también investigar y documentar con nuevas tecnologías las ropas que tenían puestas en el momento en que fueron golpeados y muertos por los vapores calientes de la erupción ”.
El teatro del nuevo descubrimiento es la villa suburbana de Civita Giuliana, la exuberante finca de la época augusta con salones y terrazas con vistas al mar en cuyos establos -era 2017- los arqueólogos encontraron los restos de tres caballos de pura raza, uno incluso enjaezado con una refinada silla de montar en madera y bronce y arneses relucientes, como si hubiera estado preparado para la inminente partida de su amo, con toda probabilidad, especula Osanna, “un comandante militar o un alto magistrado”, quizás un miembro de los Mummii, noble familia romana de la época imperial, ya que también se encontraron en la misma villa los restos de una pared pintada al fresco con el nombre de una niña, la pequeña “Momia”.